-Karina eres mi hermana, eres menor de edad y estás a mi cuidado. Son muchas las razones para sentirme responsable de tí, así que por favor ¡deja de estar tomando tanto café! No es bueno que una adolescente beba en las cantidades que tú lo haces.
-Fontana, basta. Ni siquiera mamá me regaña tanto. Estoy emocionada, fue una gran idea robarnos este camión de Starbucks™.
-Ya no estoy tan seguro de que haya sido una buena idea. En cuanto lleguemos a la ciudad venderemos el café a pequeños establecimientos y lo olvidarás.
-Café, café, café, caféeeeeeeee… ¡café!
-¡Karina cállate!…
Volviendo hacia atrás en el tiempo: Viernes, 19 horas con 27 minutos...
-Fontana, ¿Dónde estabas?
-Fui al baño, Karina. Tenía muchas ganas de orinar…
-¡Pero te tardaste media hora! Cómo es posible que alguien tome tanto tiempo sólo para orinar… ¿por qué tienes el pantalón mojado?
-Pues, tuve un pequeño incidente en el baño… Pero olvídalo, no es importante. Voy a abrir la puerta del camión de Starbucks™ con estas ganzúas que me encontré en el inodoro.
-¡Que asco! Tira ésos fierros feos, yo conseguí la llave para facilitarnos el robo. Soy una chica lista.
-¿Y cómo la conseguiste?
-Ah, es una larga historia…
55 minutos antes: Viernes, 18 horas con 32 minutos...
“Que suerte, no hay nadie en el baño. Creo que voy a orinar en este mingitorio… uy ¡pero qué porquería! Alguien arrojó unos asquerosos escupitajos en esto. Mejor voy al retrete, así podré cerrar la puerta y orinar con calma… ah que rico es orinar, sentía que me estallaba la vejiga; hey, un momento… ¿qué son ésos ruidos ahí afuera?”
-Roberto, no me puedes hacer esto no es justo. Yo te he querido siempre...
-Lo siento Julio, creo que lo nuestro fue sólo un espejismo. En realidad yo nunca quise ser homosexual, estaba experimentando nada más… hoy mismo besé una chica y fue lo más lindo que me ha pasado, creo que estoy enamorado.
-No Roberto no me dejes…
-Lo siento, pero se acabó. No tengo más qué decir. No lo hagas más difícil para los dos.
-Roberto no, por favor, no te vayas de mi vida…
“Pero que demonios ha pasado allí afuera. Caramba, las cosas que uno puede enterarse en el baño de un Starbucks™; es increíble, esta experiencia la podré contar a mis amigos en las reuniones”.
-Jajaja Par de maricones. –Un momento, eso lo dije o lo pensé.
-Hey, escuché que alguien habló dentro de ése baño ¿quién está ahí dentro?
“¡Oh no! Sí lo dije…”
-¡Abre ésa puerta y sal de ése baño! Te vamos a enseñar a no meterte en lo que no te importa. ¡Abre ésa puerta, impertinente!
-Déjenme en paz, quítense, quítenseee!
“Busca algo para defenderte, rápido… ¡Ah ya sé! La bomba del baño, al cabo está sucia…”
25 minutos antes: Viernes, 18 horas con 7 minutos...
-Fontana, ya deja de estar tomando tanta agua, ¿estás nervioso verdad? Ten calma, qué tan difícil puede ser robar un camión de Starbucks™.
-Bueno, ¿hace cuánto tiempo que no escuchabas de un robo como el que vamos a hacer? Tampoco creo que sea tan fácil.
-Mira, allí está el conductor del camión, ya lo ví. Se acercó con el gerente. Caray, vaya que es guapo ese conductor.
-¡Bah! A mí me parece que es gay.
-Los hombres sólo dicen eso cuando sienten envidia de un hombre guapo… mira Fontana, se ha quedado solo el camionero. Voy a sacarle plática, quizás me logre enterar de algo útil.
-Haz lo que quieras Karina, voy al baño mientras tanto. Me quiere estallar la vejiga.
“Que se quede hablando con ese camionero, no me importa. Estoy seguro que es gay, y el gerente es gay y todos los del Starbucks™ son gays… bola de maricones… ¿Dónde diablos están los baños?.”
-Hola me llamo Karina; debe ser súper interesante venir desde la ciudad hasta acá, manejando un camión de Starbucks™.
-Ah, bueno claro que sí jeje. Además no es algo que puede hacer cualquiera, no. Se necesita ser muy rudo y muy hábil, como yo jeje… mucho gusto, me llamo Roberto.
Un par de horas antes: Viernes, 16 horas con 7 minutos...
-Entonces no me vas a dirigir la palabra… Fontana ya, cuántas veces tendré que pedirte perdón… ya te dije que no fue intencional lo de tu vehículo, no quise hacerlo, me distraje.
-Sigue caminando Karina y guarda silencio, todo el siguiente año vas a trabajar para pagarme lo que le hiciste a mi camioneta… y acelera el paso, todavía nos falta camino para llegar hasta ese maldito lugar. No sé por qué participo en estos tontos rituales familiares.
-Eres muy rencoroso; piensa mejor que ya era tiempo de cambiar ese viejo armatoste y además… ¡Fontana mira allí adelante, lo encontramos!
-¡Wow!
-Es hermoso, y está todo tan majestuoso. Me siento tan viva cuando vengo aquí.
-Si Karina, es hermoso. Corramos para llegar más rápido.
“Olvidé por un rato los descuidos de mi hermana. Siempre me quejo de la vieja costumbre de venir a este lugar, pero cuando llego, las cosas parecen cambiar mediante un extraño embrujo. Año con año regresamos a este centro ceremonial que los lugareños llaman Guachimontones. Un lugar alejado de la civilización y quizás por eso mágico.”
-Caramba, desde aquí la vista es impresionante, Karina. Siento como si la vida se me renovara; lástima que papá y mamá ya no pudieron venir.
-Vaya hermano, por fin me hablas sin gritarme, hasta la voz te ha cambiado. ¿Verdad que tiene mística en este lugar?
-Sí… me siento como si unos ángeles me tomaran y luego me llevaran volando a… Starbucks™.
-¿ Starbucks™? ¿Qué tiene que ver Starbucks™?
-¡Karina, voltea para allá! Construyeron un Starbucks™ del otro lado del centro ceremonial. ¡No puedo creerlo, que horripilante!
-Oh no, después seguirá una zona hotelera, un centro comercial y le diremos adiós al paraíso escondido. Un patrimonio de la humanidad convertido en comercio barato.
-¿A quién demonios se le habrá ocurrido esto? ¡Me voy a cagar en quien lo haya hecho!
-Uhmmm… se me está ocurriendo una mejor idea, Fontana. Mira por aquel lado, les ha llegado un camión de aprovisionamiento de café. Qué te parece si matamos dos pájaros de un tiro: robamos ese camión para reponer lo de tu vieja camioneta, y nos cagamos en Starbucks™. ¡Dos por uno, qué mas quieres!
-Karina, te has ganado mi perdón… manos a la obra jejeje
Tres horas antes: Viernes, 13 horas con 7 minutos...
-¿Está buena el agua de la laguna?
-¿Karina, qué estás haciendo aquí? ¿Y la camioneta?
-Tranquilo, la moví de la carretera y la dejé estacionada en la vereda que baja hasta acá. ¿Para qué te bajabas a caminar si con la camioneta podías acercarte?
-Pero la pendiente está muy inclinada. Además, lo que yo pretendía era bajar a llenar este bote con agua y luego llevártelo arriba para que tomaras.
-Si ya sé, ya me lo habías dicho, pero tú a todo le quitas lo divertido y además…
-¿Karina, qué es eso que flota en el agua?
-¿Qué cosa? …Oh no…
-Karina… ¡Karina, mi camioneta! ¡Está hundiéndose en el agua! ¿Pero qué hiciste con ella?
-Ay, pues yo… yo… creo que no coloqué bien el freno de mano…
-¡Kariiiiinaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Quince minutos antes: Viernes, 12 horas con 52 minutos...
-¿Ya casi llegamos a los Guachimontones? Tengo mucha sed, Fontana.
-¡Todavía no así que aguántate! Aún falta camino.
-Ah no seas malo, hay que detenernos a tomar agua. Ya se me acabó mi reserva. Mira flanqueando el camino, por ese descenso hay una laguna. Hay que ver si el agua está buena para beber, por favor, por favor, por favor, por favor…
-Bueno ya, pero no voy a bajar con la camioneta hasta ese lugar. La pendiente de la vereda está muy inclinada. Voy a dejar aquí el vehículo, bajaré caminando y con este bote voy a traerte agua.
-Ay, que aburrido eres.
50 minutos antes: Viernes, 12 horas con 2 minutos...
-¿Qué tienes en el cabello? ¡No puedo creerlo tienes una cana!
-No juegues conmigo, a mi edad no puedo tener canas.
-Fontana te lo juro jajaja, tienes una cana.
-Diablos no, este ritual me hace envejecer. Y además ya ni recuerdo por qué lo hacemos.
-Tonto, recuérdalo: fue en los Guachimontones donde papá le pidió matrimonio a mamá. Venimos cada año para celebrar el inicio de la familia Fontana. Tiene un significado místico y emotivo, como el lugar mismo.
-¡Bah! Tonterías de familia, Karina, eso es. Somos unos supersticiosos cursis.
-Eres un pesado… por eso tienes canas jajaja
Tres horas antes: Viernes, 9 horas con 2 minutos...
“Odio los rituales, sobre todo los que pierden el sentido con el tiempo. Mi hermana nuevamente quiere que vayamos al centro ceremonial donde acudimos cada año, como parte de una vieja costumbre familiar. Dicho lugar es conocido como Los Guachimontones, que son unas construcciones cónicas, tipo pirámide escalonada. Pensé que este año me salvaría de acudir a esta supersticiosa tradición familiar pero me equivoqué. Por lo regular suelen venir nuestros padres, pero este año papá tuvo un accidente y se fracturó una pierna. Mamá lo cuidará y nos ordenó que hiciéramos honrar el ritual en su nombre… maldita sea”.
-¡Fontana ya vámonos! Teníamos que salir a las nueve en punto, deja ya de estar escribiendo ese diario, pareces una colegiala. Nadie va a leer esas historias tuyas, son muy aburridas.
-Cállate Karina, yo sabré lo que hago; son mis cosas, déjame en paz.
-Aaah, como quieras; te espero en la camioneta.
Mucho tiempo atrás: un año antes, en los Guachimontones...
-¿Mis papás siguen arriba de la pirámide?
-Si, están abrazados y diciéndose cosas al oído. Este lugar les trae muy buenos recuerdos.
-Menos mal. Por cierto, ¿qué es eso? Parece que están construyendo algo, ¿qué será? Karina.
-Quizás un museo de historia prehispánica. ¡Sería genial, Fontana!
-Bueno, mientras sea eso y no McDonald's™ o un Starbucks™…
Etiquetas: Primera Temporada