viernes, 29 de agosto de 2008
Esta colorida aventura de LINO FONTANA es traída hasta ustedes por Pedro J. Hernández, como a eso de las 16:30... bueno, más o menos a ésa hora.


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...maLDiTa sEa!!!

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lunes, 11 de agosto de 2008
Esta colorida aventura de LINO FONTANA es traída hasta ustedes por Pedro J. Hernández, como a eso de las 15:45... bueno, más o menos a ésa hora.
-Kary, ¿vas a venir a mi casa a jugar Pump It Up? Todas las chicas van a estar y voy a poner un globo de luces giratorio. Compré también pelucas, traje un color para cada una... a tí te compré el color rosa, querida, porque sé que es tu color favorito.

-Ay amiguita, ¿en serio? Qué buenas ideas se te ocurren linda, tú sí que sabes cómo armar la diversión. ¿Quieres que lleve algo, querida Mayté?

-Sí Kari, si puedes llévate un bote de nieve grande.

-Ah...! ¿Si querías que llevara algo? No es que... pues no Mayté, no puedo llevar nada, mi hermano está en la cárcel y no tengo mucho dinero. Ahorita nada más estoy gastando lo que nos llega por las regalías de su Blog.

-¿Entonces para qué te ofrecías a llevar algo si no puedes?

-Ah pues por cortesía, querida. Sería yo muy grosera si abusara de tu confianza. Bueno linda, allá nos vemos el viernes en tu casa, voy a llevar a un par de amigas ¡Allá te caigo en tu casa ese día!

-Ah... sí Karinita, claro... eres bienvenida como siempre...

¡Yujuuuuu! No pude salir de viaje en éstas vacaciones pero mis amigas me alivianan la vida y juntas nos vamos a divertir en la casa de Mayté. Nooooo saaaaben banda, la casa de Mayté está grandísima y como sus jefes son de varo hace unas fiestas donde nada falta. Me la voy a pasar super chirindonga y ya desde hoy planeo lo que me voy a poner.

Como las regalías que caen del blog del Ladronzuelo no alcanzan ni para comprar una caja de cerillos, aproveché que mi papá todavía me manda dinero para mis antojos y le pedí un extra para comprarme camisas y tenis nuevos, así que con todo gusto me fui de compras invitando a mi amiga Lety a que me acompañara.

Visitamos tres plazas diferentes pero nada me gustó, porque soy muy exigente con la ropa, hasta que finalmente encontré una tienda donde tenían algo que me satisfacía y realicé una buena inversión en mi imagen. Mi amiga Leticia no podía creer mi payasa exigencia pero ya saben, soy vanidosa. Pobre Lety, se le caía la cara del cansancio así que le invité una nieve raspada. Tomamos una mesa y allí platicamos de la fiesta que vendría para el viernes y también de la invitación que le ofrecía para que me acompañara. "Te va a encantar, wey", le dije emocionada y ella correspondió asintiendo con su cabeza despeinada después del trayecto tan largo que le hice recorrer.
Nos quedamos calladas un momento para degustar nuestra nieve y mirar alrededor a la gente pasar. Luego criticábamos a las otras niñas y sus ropas mal combinadas y a los chicos mal peinados... eso hasta que yo miré algo que me dejó muda... por un par de segundos.

-Lety, Lety mira a la discre' de aquel lado... ese niño de allí, ¡Ese es el chico que me gusta!

-¿Qué, cual?

-Ese de allí, el emo con el cabello alborotado... es tan bello, tan agreste, tan tan tan no sé... ¡Me gusta todo él!

-¿Un emo agreste?... Y vaya que te gusta, porque ya se te derritió la nieve...

Yo miré el vaso que sostenía en mi mano y realmente Lety tenía razón: ya la nieve era pura agua. Este chico me estaba sacando de mis cabales y para colmo la situación tomó un rumbo excitante cuando Charly volvió su mirada hacia nosotras y yo no tuve el valor de sostenerle el intercambio visual.

Lety estaba muerta de la risa con mi infantil y torpe conducta, mientras me describía todo lo que hacía Charly: "Está sonriendo y voltea varias veces... ya te vió... se te queda viendo como menso... sonríe y luego trata de voltear a otro lado... no está poniendo atención a lo que le dice su amigo, otra vez está volteando... sonríe... sonríe pero mucho, se ve muy menso... como que le dió gusto verte..."

Qué emoción, la descripción de mi amiga Lety me alegró y fingidamente trate de voltear aparentando indiferencia, pero fue allí cuando miré a Charly y lo saludé pretendiendo que no me había percatado de su presencia. Él cruzó sus ojos con los míos durante algunos segundos y los dos sonreímos ampliamente al saludo lejano con la mano en movimiento. Como iba con sus amigos yo no quise acercarme, y él dudó si venir o no hasta nuestro lugar; ese tiempo yo lo aproveché para pedirle a mi amiga que nos marcháramos de allí pues no quería que me viera con la boca chorreada de nieve. Fue un encuentro raro, pero bonito, aunque sólo nos hicimos señas desde lejos.

Llegó el viernes y también la fiesta de mi amiga Mayté, allí acudí a su casa junto con mis dos amigas coladas. Dentro el ambiente era de agasajo y de inmediato nos pusimos nuestras pelucas.
La fiesta era de alboroto, todas las morras alrededor del Pump It Up esperando su turno para bailar y mientras tanto podías comerte unas palomitas, nachos o gomitas que tenía Mayté en una mesa cerca de allí. Sodas y otras bebidas dulces también había para deleite de sus compas, así que nos dimos vuelo las muchachas y yo.

Lety, la misma del shopping por la plaza del otro día, e Irma nos la pasamos de peluches. En un descuido Irma se nos perdió y nos dimos cuenta que ya se había subido al Pump It Up y comenzaba a bailar. Nos sorprendió porque ella es gordita y no parece mover ni un pie, pero ese día inexplicablemente se paró y ya en confianza empezó a repartir patadas para abrirse paso al tapete electrónico y comenzar a bailar.

Así duro 15 minutos...

30 minutos...

45 minutos...

1 hora y media...

¡2 pinches horas y no se bajaba del Pump It Up! Yo me estaba aguantando las ganas de bailar, pero como Irma casi nunca sale de su casa porque la tienen enclaustrada pues me reprimí el impulso de bajar el switch de la luz para que se detuviera.
Eso no fue lo peor, pues debido a su enajenado placer dancístico, la máquina de baile comenzó a programar piezas más y más aceleradas para aumentar el grado de dificultad. Así lejos de cansarla, se exaltó tanto que movía su cuerpo violentamente y el sudor comenzó a volar por todas partes. La máquina se sobrecalentó y comenzó a emitir una vibración y un sonido feo que se mezclaba con la música que salía de sus bocinas y alarmó a todas las chicas presentes.

-¡La gorda va a explotar...! Deténganla por favor, ¡va a explotar, va a explotar! -se oyó una voz y luego todas las chicas comenzaron a gritar mientras el Pump It Up hacía ruidos cada vez más feos.

Yo le dije a Lety: "Vámonos, no me atrevo a acercarme a Irma para detenerla y creo que esto no va a terminar muy bien, ¡escabúllete!".
Así dejamos aquella fiesta y nuestros graciosos movimientos de huída pasaron desapercibidos.

-Pobre Irma, nunca la dejan salir de su casa. ¿Qué crees que pase? -dijo Lety preocupada porque dejamos a nuestra amiga.

-No lo sé pero creo que de quedarnos no hubiera sido buena nuestra experiencia... ¡Ay ésa pinche Irma! yo tenía ganas de bailar, ahora me las voy a tener qué aguantar -le respondí frustrada y triste. Las dos caminábamos por la calle con nuestras respectivas pelucas aún puestas.

-¡Pues no necesariamente Karinita! Hoy como son vacaciones el Centro de Diversiones de la plaza lo cierran hasta las 11:00, ¡todavía podemos ir y bailar aunque sea un rato!

-¿De veras Lety? Uy pues genial, ¡vamos!

La idea de mi amiga fue genial y acudimos contentísimas. Al llegar nos abrimos paso entre la chusma por lo vistosas de nuestras pelucas y de inmediato brincamos a la máquina de baile en la primer oportunidad, yo tenía tantas ganas de bailar que duré más tiempo que Lety, quien después corría a traerme más crédito para la máquina cada vez que se terminaba, así no perdía mi lugar. De esa manera yo no me bajé y baile durante 45 minutos, desquité todas mis ganas contenidas durante la semana.

-¡Ay Lety...! Me van a doler las piernas mañana pero me siento genial. Si aquí no fueran a cerrar ya pronto le seguiría... bueno, es eso y que ya me terminé las regalías del blog de mi hermano -le comenté a mi amiguita mientras me limpiaba el sudor del cuello y me retiraba la peluca de la cabeza.

-Pues no sé si mañana te vayan a doler las piernas, pero ya desde hoy te van a temblar... ¿Te acuerdas del chico que me dijiste que te gustaba? Salió de entre la gente y te estaba viendo, toooodo el rato te estuvo viendo... y sí, se reía como menso.

-No, no... no puede ser, y me vió con ésta peluca horrenda...

-Ups... Ay... Karinita, allí viene, los dejo solos para que platiquen...

-No Lety, no te vayas, no seas mala amiga, ¡quédateeeeee!

Ella se fugó y yo sólo cerré los ojos deseando: "Quiero dejar de sudar, quiero dejar de sudar, quiero dejar de sudar..."

-¡Hola Kary! Te vi bailando eres genial...

-¡Charly! Qué sorpresa, no pensé que estuvieras aquí.

-Vengo seguido, me gusta ésta máquina. Pero ahora no pude bailar, alguien la estuvo usando durante 45 minutos...

-Jejeje ésa fui yo, ni modo, quizá la próxima vez te rete a un duelo.

-Me gustan los retos... no creo que me ganes Kary... ¿y qué mas te gusta hacer, aparte de bailar?

-Pues con todo gusto te puedo contar pero están cerrando esto y ya es un poco tarde.... de verdad me encantaría, creeme, no pienses que no quiero pero ¿luego cómo me regreso a casa? El papá de Lety va a venir por nosotras en 2 minutos y es mi boleto de regreso.

-No te preocupes Kary, ¿y si vamos el domingo a tomar una nieve? ¿Te gustaría?

-¡Totalmente!

Ese día regresé a casa con una alegría que me impidió dormir durante un par de horas. Pensaba en todo lo ocurrido, pensaba en la sonrisa de Charly y pensaba en el próximo domingo... Ahora ya sé por qué me sonríe y me mira como si tuviera monos en la cara. Me sentía la mas bella y soñada del mundo... era viernes por la noche (ya casi sábado) pero yo sentía que faltaba un siglo para que llegara el domingo. Ya no puedo esperar.

Morras y morros, ¡¡¡¡¡¡¡qué me pongo para ese día?????????

jajajajaja

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