jueves, 7 de febrero de 2008
Esta colorida aventura de LINO FONTANA es traída hasta ustedes por Pedro J. Hernández, como a eso de las 19:58... bueno, más o menos a ésa hora.

Tú, Dalia.

La belleza pasa a segundo término, es un tema obvio cuando les hablo a los demás de ti. Regularmente me saludas con una sonrisa, la cual me hace pensar que no tiene motivo propiamente en tus modales, sino en tu plena sinceridad.
Y yo sonrío también, pues el placer de encontrarme contigo es proporcional a tu cálida disposición. Siempre alegre, siempre sencilla, siempre genuina.


Observas. Hablas. Deleitas.

-Fontana ¿Cómo estás?

-¡Hola Dalia! Bien… Ya sabes, a mí siempre la vida me trata de maravilla. Hoy más, que tuve la fortuna de encontrarte caminando a casa.

Y siempre es un pretexto. A veces creo que lo sabes, pero no estoy seguro. Sé la hora en que regresas a tu departamento, y yo me quedo en el mini-super de la esquina, esperando el momento en que regresas de tu trabajo. Y con mi bote de leche, o un paquete de pilas o hasta una caja de croquetas para aquel gato que hace meses me abandonó, hago puros pretextos para encontrarme contigo y caminar hasta tu casa. Cuando te encuentro, sólo son dos calles las que caminamos, pero la plática se hace extensa, nunca menos de media hora. Nunca finaliza antes de que despidamos el atardecer, riéndonos.
Ya no me preguntas por las cosas que compro, ni preguntas si alguien realmente me espera en casa, o por las ridículas provisiones que compro. Ya no, y entonces me pregunto si lo sabes; o quizá más importante aún, si quisieras saberlo.


Tú siempre así. Expresiva. Simpática. Espontánea.

-…entonces yo le dije a mi hermana: mira Karina, si quieres tener novio, búscate un trabajo, porque yo no lo voy a invitar a cenar. Suficiente tengo con darte de cenar a ti. ¡Ah! Y todavía no tienes edad para novios.

-Y ¿Qué te dijo ella? –me preguntó Dalia, muy divertida.

-Pues me otorgaba la razón, aceptando que ésa relación de novios tal vez no iba a durar. Pero su solución no me gustó para nada, pues dijo que mejor haría lo que algunas amigas suyas: tener puros "amigos con derecho" a besos. Y como yo soy un poco celoso con mi hermanita adolescente, pues preferí dejarla con su novio.

-Jajaja, ésa Karina tan ocurrente y despreocupada. Por eso me cae bien. Oye Fontana ¿Y Ella ya te presentó a ése novio?

-Sí, lo conocí la semana pasada. Pero ya sabes Dalia, quise explicarle lo cuidadoso que tiene que ser con mi hermana y creo que me excedí… Sabes que a veces la gente no entiende lo que les explico.

-Yo nunca te entiendo, pero igual me caes bien.

-Jajaja ¡Dalia!

-Jajaja ¡Fontana!

La plática transcurre mientras mis ojos desentrañan el entresijo de tus emociones, reflejadas en tu rostro y escondidas en tus palabras. Me pesa ver el sol abandonándonos, la misma suerte que espera a nuestra conversación, y pronto deberá terminar.

-Bueno Fontana, gracias por la tarde. Eres un buen conversador… oye, por cierto, qué te parece si vamos a tomar una cerveza al Bar. Iré con algunos amigos, podrías acompañarnos. Es el jueves por la noche, ¿qué piensas?

-Ah pues, está bien… los acompañaré.

Y parece que la noche baila junto a mi regocijo, pues te has adelantado a cualquier invitación mía. Ahora un buen comienzo será éste, para la galante corte que merecen tus femeninas maneras de hacerte admirar. Voy a aprovecharlo y te transmitiré toda la simpatía que me evocas. Será como una primera cita y luego propiciaré que haya más, pero tu y yo, solos.

La noche que salimos al Bar fue muy agradable. Tus amigos simpáticos, como tú misma eres, y eso indica que sabes escogerlos. Todos charlando y bebiendo cerveza. Yo mismo me sentía un poco más relajado y audaz por los efectos del alcohol. Pero si borracho estaba, no era por los líquidos ingeridos, sino por tu dulce mirada, tus labios gráciles y tus menudas formas, que suavemente hacían gestos, ademanes y castillos en el aire. El convivio se terminó y abandonamos el Bar ya de madrugada.

Al salir, me ofrecí a llevarte a casa. Sonreíste, agradeciste pero no aceptaste... ya tenías acompañante. Uno de los músicos del Bar salió a la calle y se unió a nuestro grupo; te tomó de la cintura y te besó. Supuse lo más obvio, y me olvidé de mis planes contigo. Confirmé mis sospechas cuando me contaste, con inocencia mediante, que llevaban unas cuantas horas de novios, pues te declaro su amor un día antes.


Disimulé sonriéndoles a todos cuando me despedía y me retiré pensando en mi curiosa situación. “Entonces no lo sabe, nunca lo supo”, medité.

Llegando a casa, me dispuse al sueño en mi habitación. Karina ya estaba dormida en la habitación de al lado, y caminé despacio para no despertar a mi hermana. Yo entré a mi cuarto y miré un momento por mi ventana. A lo lejos, se veía el edificio de apartamentos, en donde la ventana de Dalia mostraba luz en su interior. “Bueno, el verano apenas comenzará en breve. Espero que me traiga sorpresas más felices que la de hoy”, pensé mientras me arropaba. Traté de olvidar ésa luz y descansar. Antes de cerrar mis ojos decidí borrar y empezar de nuevo. Adiós Dalia, adiós noche.


-Fontana ¿Qué son estas cosas con sabor a cartón?

-Son Hot Cakes, Karina. Cómetelos y no estés cansándome. Esta mañana no estoy de humor… y si no te gusta aprende a cocinar, siempre te quejas pero tú no mueves un dedo.

-Pues si no les hubieras puesto tanta masa… Por cierto, tu cara es una perfecta metáfora de estas crepas mal hechas. Insípidas y pesadas jajaja…Bueno y qué, ¿como te fue ayer con tu novia? Salieron al Bar supongo, ya no te vi llegar.

-No es mi novia, y parece que ya no lo será… En fin, para compensarme por esta mala suerte amorosa, me tendré que comprar –o robar- un equipo de sonido nuevo. Pobre de mí.

-Velo por el lado bueno, ya no tendrás que compartir nada ¡Todo para ti! Bueno, eso en tu caso porque eres hombre. Ahora te evitarás pagar lo de ella y lo tuyo. Bendita yo que soy mujer, y Robbie tiene que pagarme todo cuando salimos; yo sólo estiro la mano y recibo los regalos, porque como soy ‘la chica’, pues me cumple mis caprichos.

-Ya no sé a quien debo proteger, si a ti o a tu novio…

Ya no busqué coincidir contigo. No te aborrezco, no eres culpable de tener varios pretendientes, ni tampoco de ser tan agradable. Tal vez yo fui muy pretencioso al creer que estarías libre.
Mi única duda es si lo supiste alguna vez… me hubiera gustado decírtelo y cumplir mi intención de besarte, o por lo menos, intentarlo.


¿Lo habrás sabido alguna vez? Como sea, ya qué importa.

Los siguientes días no acudí al mini-super. Creo que pasaron dos semanas antes de que, circunstancialmente, tuve que ir por alguna despensa requerida para la cena. Por las preocupaciones que me hace pasar mi hermana, olvidé que precisamente era la hora en que yo solía coincidir con Dalia.
Pagué los víveres y salí de nuevo a la calle. Ahí fue dónde lo recordé nuevamente, y miré a todas partes pero nadie conocido estaba. Tenía un raro sabor en la boca. Primero sentía un poco de alivio, pues sabía que al encontrarme a Dalia, me preguntaría acerca de mi repentina “desaparición”; pero por otro lado, me pesaba no verla, quería mirar sus lindos ojos y escucharla reír conmigo. Caminé lentamente, deseando topármela… nada, la calle con muy poca gente y ninguna era mi añorada amiga. Después de todo, la seguía considerando como tal. “Quizá la visite pronto”, pensé.

Llegué a casa y casi tropiezo con la mochila de mi hermana, tirada en el piso de la entrada. Me molesté un poco pues creí que nuevamente había traído a su novio para cenar con nosotros. “Ese malhablado, tengo que ponerle un alto o creerá que yo tengo dinero para mantenerlo y darle de cenar siempre”, pensé.


-Fontana, ¡mira quién vino…! -presumió Karina, con una voz cantarina.

-Ya sé quién vino, y no me agrada. Dile que se vaya.

-Fontana, ¿qué he hecho para desagradarte?

-¡Dalia, que gusto verte! No, no… No me refería a ti jeje, sino al novio de mi hermanita, el tal Robbie. Es un pesado.

-Mi novio no es pesado, es un amor y me cumple mis caprichos. Y por cierto ¡Ya llegó! ¡Robbie mi amor, ahora voy afuera! ¡Nos vemos Fontana, adiós Dalia!

-¡Karina no quiero que regreses después de las 10, es muy tarde! Luego mamá llama y se preocupa por ti.


-Tu hermana tiene una personalidad electrizante, Fontana. Me contó de sus desplantes en la escuela. Es muy hiperactiva.

-Vaya que sí, Dalia. Y ése novio le ha subido las revoluciones por minuto, porque se acelera como no tienes idea… y por cierto… qué agradable es verte, no me imaginé que me visitarías.

-Te extrañaba, hace varios días que no coincidimos en la calle, así que dije: voy a visitar a mi buen amigo Fontana. ¿Dónde habías estado?

-Ah pues, aquí, es solo que… no hemos coincidido porque no he salido. ¿Y tú qué tal? Cómo va todo con el músico, vi que te llevó a tu departamento. Supongo debe ser tu novio, es lo más obvio –sonreí con un poco de pesar.

-Sí… pero, ya sabes, estaba yo un poco revuelta del estómago por las mezclas de alcohol, y al llegar vomité jeje… él comprendió mis malestares y mejor se retiró. Me costó trabajo dormir pero luego me recuperé, sólo estuvo un rato acompañándome mientras recobraba yo la ecuanimidad. Se fue media hora después.

-Ah vaya, menos mal -expresé aliviado.

-De hecho, quiero invitarte nuevamente, con mis amigos. Iremos al mismo Bar el viernes. Volveremos a reír sin parar, como siempre hacemos, claro.

-Ah pues… no Dalia, es que… no puedo. Tengo que… pues no sé. Hacer algunas cosas… te agradezco pero no puedo.

-Pues qué mal, me hubiera gustado que fueras... Bueno entonces, te invito el Domingo por la tarde a mi departamento. Veremos películas y criticaremos a ésos actores metrosexuales que nos caen tan mal jeje. Será divertido.

-Pues se oye bien, pero… quizás la ibas a pasar con tu novio, ¿no es así? No quisiera hacerles mal tercio.

-No Fontana, solos Tú y Yo. Mi novio tiene recitales el Sábado y el Domingo toda la noche, y se dedicará a descansar y dormir en el día.

-Bueno, en ese caso… Iré entonces.

Dalia sonrió, se tocó brevemente la mejilla con el dedo índice y miró el suelo. Luego sonrió nuevamente y me miró con misterio. Yo le correspondí el gesto, pero el silencio nos duró unos segundos.

-Fontana, tal vez no quiero esperar hasta el Domingo para propiciar esta plática de nuevo, hay cierta cosa que quisiera saber...

-¿Qué cosa?

Ella volvió a sonreír, miró hacia un lado y alzó su mano para tocarse el cuello. Quería decir algo, pero no podía. Sus labios no podían articular palabra o sonido alguno.

-Bueno, tal vez sí imagino a lo que te refieres... y de hecho quisiera decirte algo al respecto, pero… no sé -susurré trémulamente.

-Pero no me lo vas a decir mientras sepas que tengo novio ¿no es cierto, Fontana?

-Pues, no sé si estemos hablando de lo mismo, pero creo que sí... Tal vez… me estoy convenciendo con tu mirada…

-No quieres ir al Bar, porque ahí estará mi novio el músico; pero te gusta que nos veamos a solas… y después de que me viste con él, ya no hemos coincidido en la calle... creo que sí estamos hablando de lo mismo…

-Eres muy lista, y por eso… por eso, me gustas…

-Bésame.





...





.

Etiquetas:

 



Estos 5 Amigos de lo ajeno me han aconsejado que:


A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 10 de febrero de 2008, 17:06, mientras hacía este comentario en mi blog:

Jejejeje, que lindo capítulo, vuelve la historia mucho más interesante. Por lo que a mi respecta, ahora soy fan de Lino Fontana, lo prefiero antes que a Prision Break, muuucho antes... espero que no te tardes mucho en contar la siguiente parte de la historia. Quiero saber que pasó después de ese beso, y si el tonto novio músico se va a hacer a un lado para permitir que el amor siga adelante... que lindoo, me encantan las historias de amor...

Eres la onda Fontana!!!! la onda...

:)

Besos!!!

La rotita...

 

A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 10 de febrero de 2008, 17:25, mientras hacía este comentario en mi blog:

Y sí, Dalia es una mujer inteligente, TODOS, al lado de FONTANA, son nada, NADIE... Porque has logrado brindarle al personaje los elementos necesarios para que sea total y completamente enamorable...

:)

era eso y ya... jejeje....

saludos...

 

A Blogger LINO FONTANA le robé su cartera el día 12 de febrero de 2008, 7:49, mientras hacía este comentario en mi blog:

Gracias Rotita por los comentarios, Lino agradece y se compromete a contar, a la brevedad, lo sucedido con Dalia.

Buen día y saluditos!!!

 

A Blogger Jesucristo le robé su cartera el día 13 de febrero de 2008, 16:58, mientras hacía este comentario en mi blog:

Lino sigue siendo mi heroe! vio? ya logro su cometido! sos mas heroe que yo, Jesucristo! Y tienes un amigo que te ama, que te ama, y su nombre es...Dalia o yo? mierda, me voy a poner celoso. Pero carajo! me encanto este capitulo de la vida de Lino. Acabo de ver una historia romantica que la protagonisa usted.

Mi historia romantica fue mas jodida...Magda era una prostituta, y yo era un virgen de 33 años, y mis amigos me obligaron a tener sexo con ella, luego nos emborrachamos, y nos casamos...mientras aun estaba en pedo. Su historia de amor me gusto mas. Espero que llegue el capitulo en el que se casan, tienen 8 hijos (espero que niguno con nariz de tano), y donde viviran feliz para siempre (cosa que pasa aqui en el cielo no mas...y en China(?))

Bendiciones Fontana por Dalia, que es lo mejor que has robado...su corazon.

 

A Blogger LINO FONTANA le robé su cartera el día 13 de febrero de 2008, 17:42, mientras hacía este comentario en mi blog:

jaja Maestro, gracias.

Es una pena lo de su historia, con razón ultimamente anda queriendo destruir la tierra con reggetones y huracanes, pero ténganos paciencia a la humanidad, no somos tan malos (?)

Gracias por visitarme.