jueves, 14 de febrero de 2008
Esta colorida aventura de LINO FONTANA es traída hasta ustedes por Pedro J. Hernández, como a eso de las 15:59... bueno, más o menos a ésa hora.

Ya recordarán que en el último episodio, Dalia y yo tuvimos un momento sensual bastante hermoso. Los días que siguieron a ése bello momento, podría yo narrarlos de varias maneras, mas sin embargo creo adecuado trasladar el sentimiento que los definió y ponerlo sobre las letras de la manera más fiel posible.

Recuerdo que en aquella temporada, estuve escuchando un disco de The Killers, que mi hermana me había regalado en la Navidad, festejada un mes y medio antes. Cada vez que recuerdo aquellos buenos momentos con Dalia, me viene a la mente ésa canción de Los Killers, llamada “Bones” y que venía incluida en aquel disco; la cual refleja fielmente las sensaciones experimentadas con mi bella chica.

¡Caray! Estoy escuchando ahora mismo la canción y mis reminiscencias vuelven. Acompáñenme a mirar las imágenes…

Come with me.

-Hace tiempo que no besaba; pero acaso toda una eternidad, en que jamás me sentí igual al hacerlo… -dije entusiasmado.

Dalia y yo descansábamos sobre el sillón de mi sala, muy tranquilos, observándonos mutuamente e internándonos en la profundidad de los ojos del otro. Como aquel astrónomo que no termina de fascinarse por la entropía del universo, yo admiraba la de mis emociones, y lo inmenso de nuestras posibilidades.

-Eres muy lindo conmigo, Fontana. ¿Por qué esperaste tanto tiempo para decírmelo? Si me lo hubieras dicho antes, mucho mucho antes, no hubiera sido éste nuestro primer beso.

-Pues planeaba invitarte a una cita, el mismo jueves que me enteré que tenías novio.

-¡Novio! ¡Lo había olvidado! Tengo que inventar un pretexto para terminar con Irwin…

-¿Se llama Irwin? ¡Pero qué perdedor! Jajaja ¿Cómo pudiste salir con un tipo que se llama Irwin?

-Jejeje a mi me gustaba el nombre de Irwin, me gustaba, en tiempo pasado… Como sea, le diré que lo nuestro no funcionó y listo… No llevamos ni siquiera un mes, así que no creo que me extrañe. ¡Adios Irwin! ¡Bienvenido Fontana!

-Sí, adiós Irwin… y por cierto Dalia, me da curiosidad, ¿te lo hiciste novio porque es músico?

-Un poco… bueno sí, el 90% de que me gustara es porque se dedica a la música. Tu sabes, un músico es sensible y tiene alma de poeta, además debe ser hábil con sus manos. Todo lo que una mujer desea jaja, piénsalo.

-¿Qué? Espera, ¿qué significa lo de la habilidad con las manos? Eres un pequeño demonio de labios rojos, ¿será lo que me estoy imaginando?

-Jajaja me gusta cómo te espantas… Olvidemos a Irwin, ya es historia y no hay mucho qué extrañarle. El próximo viernes lo veré y terminaré con él. De hecho, su vida como músico le juega en contra: casi nunca lo puedo ver porque trabaja por la noche, y en el día duerme. Es divertido ser músico, pero es aburrido ser la novia de un músico.

-Supongo que sí. Mira ahí viene mi hermana, son las 11:00 de la noche y le pedí que regresara a casa a las 10:00. Jejeje cuando entre, le diremos que eres mi novia y que vendrás a vivir conmigo; que necesitamos que vuelva a la casa de mis padres y ahí se quede ¿Sí?

-Jajaja pobre Karina. No la hagas sufrir…

We took a back road.
We're gonna look at the stars.
We took a backroad in my car.
Down to the ocean, it’s only water and sand
and in the ocean we'll hold hands.


-Mi hermoso, fué una gran idea la de venir a la playa –dijo Dalia, mientras se colocaba los lentes para el sol.

Como el fin de semana sería largo, pues el lunes era un día feriado, decidimos venir a disfrutar el mar y sentir el calor del sol. Nada mejor para empezar un amor apasionado, que compartirlo con la profundidad del océano azul. Sus olas fragorosas, su limpieza y fresca humedad en el aire, darían plena sazón a nuestro romance.
Hicimos la travesía en mi auto, casi nos perdemos al confundir las carreteras, pero el viaje resultó un grato compartir, pues entre Dalia y yo, la intimidad de la plática era exquisita. Su compañía lo era todo; lo demás, sol, cielo, pájaros, y panorama… puros ornatos para lo más bello, que era ella.

Al llegar a la recepción del hotel, notamos que el lugar estaba arreglado de manera especial, pues se pretendía llevar a cabo un festival. Nos pareció muy afortunado el hecho, pues el trasfondo festivo sería un excelente escenario para nuestras propias expresiones amorosas. Todos estos ingredientes dispuestos a degustarse y servidos alegremente, prometían un delicioso fin de semana. Mientras esperábamos a la recepcionista, sonreíamos emocionados.

-No pudimos llegar en mejor momento, Fontana. Va a ser increíble.

-Sí, ya estoy esperando con ansia ponerme mi bañador y aventarme al agua. Espero no haya tiburones, soy alérgico a ellos.

-Si un tiburón aparece, deberás preocuparte por algo más que tu alergia, bombón.

-Ya lo creo, jajaja… Oye Dalia… acerca de este asunto de la habitación… ¿Está bien compartir el mismo cuarto, verdad? Pues digo, quizás por la noche tú necesites tu propio espacio, y no te lo he preguntado; o no sé… No quiero dar por obvio que haremos sólo lo que mí se me ocurra…

-Pues, no soy una niña Fontana, ¿tu quieres que estemos en habitaciones separadas?

-Jaja no claro que no, pero soy un caballero, tenía que preguntártelo.

-Y yo soy una dama. Por eso yo dormiré en la cama y tu en el sofá.

-Ah vaya…

But I don't really like you,
apologetically dressed in the best,
but on a heartbeat glide.
Without an answer,
the thunder speaks for the sky,
and on the cold, wet dirt I cry.
And on the cold, wet dirt I cry.


La habitación era amplia y cómoda. Tenía un balcón donde la vista era impresionante, una belleza. Mi compañía no podría ser la de alguien mejor, y todo el ambiente irradiaba calidez. ¿Qué podría salir mal en tan inigualable paraíso?

Me tiré sobre el sofá, situado frente al gran ventanal del balcón, por donde la luz solar reverberaba alegría, y un aire fresco y puro limpiaba mis pulmones agobiados por la urbanidad. Junto a éste cómodo mueble había una mesita, y ahí colocados algunos folletos y volantes. Mientras Dalia entraba a palpar el cubículo donde se encontraba la cama, su cama, yo seguía revisando la publicidad mientras disfrutaba de la comodidad del sillón.

-¡Parece que la noche será hermosa! Aquí dice que habrá fiesta de disfraces y música afrocubana en la playa. Todo un deleite para los oídos.

-Sí bebé, bailaremos toda la noche –gritó Dalia desde el cubículo.

-Oye, y hablando de música y músicos, ¿qué pasó con Irwin, lloró cuando lo cortaste ayer? jajaja

Unos segundos sin contestación precedieron a la puerta del cubículo, desde donde asomó Dalia su cabeza, mientras apretaba los labios y fruncía las cejas.

-Ah… Bombón… es un poco difícil de explicar pero… aún no termino con Irwin…

-¡Aaaah! –caí al piso por mirar el rostro apenado de Dalia. Volví a levantarme y me senté en el sofá sacudiéndome mi pantalón blanco.

-¿Que qué? ¡Pero dijiste que el viernes, o sea ayer, lo verías y terminarías con él! ¿Qué sucedió?

-Nene no te aflijas, no fue mi culpa, ni tuya tampoco, déjame te explico… Fui el viernes a su casa, tenía toda la intención de cortar con él; pero cuando entré, miré que había invitado a sus padres a cenar para conocerme, no podía terminarlo en ese momento. Su mamá horneó galletas de mantequilla sólo para mí, ¿Qué podía hacer? No tenía corazón para decirle a esa simpática señora: “Gracias por las galletas, pero vengo a cortar con su hijo”. ¡Me daba pena! Te prometo que esta semana que viene, el primer día que lo vea, lo terminaré. ¿Si bomboncito, ojos de miel? ¿Me perdonas?

-Bueno, está bien. A ti te lo puedo perdonar todo, y más cuando me hablas al oído con ese todo tan acaramelado. Esa voz es como el canto de las sirenas… ¿y no te dijo nada Irwin porque saldrías a la playa el fin de semana, ni te preguntó con quién irías?

-No me preguntó nada porque él mismo no estaría en la ciudad. Dijo que hoy sábado vería a sus amigos del grupo musical, pues tendrían una fiesta en un lugar por confirmar, y viajarían el mismo día para tocar allí todo el fin de semana. Yo suspiré aliviada y sólo tomé las galletas que me dio su mamá, para salir huyendo, tratando de evitar las preguntas.

-Vaya, aunque me hubiera gustado que lo terminaras, fue un gesto de bondad el que no hayas querido ofender a su mamá. Admiro tu empatía… Por cierto, ¿cocina bien la señora?

-Dímelo tú mismo, traje las galletas, ¡probémoslas!

-Jajaja lo dije antes y lo digo ahora: eres un demonio de labios rojos. ¡Me encantas!

Don’t you wanna come with me?
Don’t you wanna feel my bones, on your bones?
It's only natural.


El Sol reclama nuestra presencia en la arena, y Dalia reclama mis ojos en su esbelta figura. Al correr por la playa, al jugar con las olas y bailar con el viento, mantiene sobre mí una hipnosis hedonista que me hace comprender lo afortunado que soy. Su cuerpo me recuerda la elegancia de lo magro, sus curvas discretas la gracia de lo liviano y su sonrisa lo puro de la sencillez.

Se acerca conmigo después de las risas que nos causó el voleibol y su cabello no deja de ondularse como bandera al viento. La brisa humedece nuestros rostros y predispone nuestros labios para el beso. Un acompasado movimiento de lejanas nubes hace más lento el suave roce de sus labios, y descubro que no tengo otra cosa qué hacer, que sólo disfrutarlo.

El resto del día fué maravilloso. Degustamos una comida totalmente costera, con mariscos deliciosos recién sacados del mar. Tomamos un par de cervezas y luego dormitamos tirados en la arena de la playa, bajo el templado sol de la tarde, que no quemaba nuestro cuerpo pero calentaba nuestro romance.

Después de tanta flojera, nos levantamos para subir al hotel y prepararnos para el festival de la noche. Escogimos algunas ropas adecuadas para el baile y mientras Dalia tomaba un baño, yo acudí a la recepción a recoger las máscaras, que la administración del hotel, nos regalaba para disfrutar la fiesta.

Por fortuna teníamos la opción de escoger las máscaras, las cuales representaban diferentes tipos de animales. Así que yo tomé un Mandril y una Comadreja –como en las caricaturas-, para que Dalia y yo usáramos durante el festival.

Agradecí al Gerente sus atenciones y miré que por la puerta principal, llegaba el camión donde viajaban los miembros del espectáculo que disfrutaríamos dentro de algunas horas. “Qué bien, tambores, saxofones, maracas, guitarras, esto se va a poner bueno”, pensé mientras observaba un grupo de personas trabajando de manera virulenta para llevar las cosas al centro de la playa y comenzar a armar el stage.

Venían en un camión grande, donde comenzaron a bajar algunas personas, y entre ellas, Irwin, el novio apócrifo de Dalia.

“¿Qué?” pensé. “”Así que éste es el lugar, por confirmar, donde se iban a presentar? Oh, oh…” Me disponía a regresar corriendo a la habitación, pero Irwin me reconoció y no tuve más remedio que saludarlo.

-Hey, yo te conozco, eres al amigo de Dalia, ¿verdad? Luno.

-Lino, me llamo Lino. Y tu eres el… el… Irwin, ¿cierto? Eres músico y tocarás esta noche… ¿Aquí, verdad? ¿Me equivoco? Dime que me equivoco…

-Sí soy músico y tocaremos aquí. Veo que estás hospedado, porque traes dos máscaras, espero que disfrutes nuestro espectáculo. Vienes compañado, supongo, ¿con tu novia?

-Sí, “Mí Novia”… Vengo con “Mí Novia”… y bueno, me voy, pásala bien y adiós.

-Le doy tus saludos a Dalia cuando la vea.

-O yo le doy los tuyos… Bueno, adiós Irwin…

Corrí subiendo las escaleras para volver y entré a nuestra habitación haciendo ademanes y aspavientos, exhalando aire compulsivamente.

-¡Fontana cierra la puerta, de dónde vienes! Estoy casi desnuda, ¡sé mas discreto al entrar!

-Es que… abajo… cuando fui… por las máscaras…

Dalia hizo que me sentara sobre el sillón para que respirara hondo. Tomé alientos y le expliqué toda la situación. Ella se sentó junto a mí, envuelta en su toalla y con el cabello aún húmedo.

-Tranquilo corazón. Mira, no puedo tratar este asunto aquí y dedicar mi fin de semana a hablar con él. Sería inadecuado para mí tratar un asunto tan bobo en un fin de semana tan especial. Además, sería yo injusta y egoísta contigo Fontana, pues mereces toda mi atención ahora.

-Ya sé. Yo hablaré con él y le pondré los pies sobre la tierra.

-¡No! Ya conozco a los hombres, van a terminar peleando, como orangutanes. Siempre quieren arreglarlo todo así. Luego si eso pasara, nos echaría a perder el fin de semana a todos. Además, no puedo inmiscuirte en un asunto que yo debo solucionar; si tú fueras a decírselo, él lo tomaría como una afrenta a su orgullo ¿No crees?

-¿Entonces qué haremos, Dalia? Estará en el baile tocando, ¿será mejor que no vayamos?

-No nene, no es necesario privarnos de la diversión, ni mucho menos encontrarnos con él. Piensa esto: el baile es de máscaras, nadie sabrá la identidad de los demás, y mucho menos tendrán oportunidad los músicos de interactuar con la gente. Ellos estarán arriba del escenario.

-Pero mañana también tocarán en la noche, estarán aquí todo el día y quizá deambulen por el hotel, no quiero estarme escondiendo.

-Sí, pero recuerda que mañana iremos al paseo en Bote, saldremos temprano y estaremos todo el día en la isla de “Arena Blanca”. Ellos no nos verán salir, porque los músicos se levantan muy tarde, como acostumbrados están al desvelo. Luego por la tarde-noche, cuando regresemos, estarán nuevamente preparando el espectáculo nocturno, por lo tanto podemos irnos a cenar o visitar algún bar del puerto. ¡Y listo! Ellos se van de aquí mañana, nunca nos los toparemos y aún tendremos el lunes para seguir con la diversión. Nada incómodo pasará, mi Fontana, te lo prometo.

-Bueno, en vista de tales argumentos, confío en ti plenamente. Sabes convencerme, eres una mujer muy inteligente.

-¡Claro Nene! Eso viene implícito en el género. Si no es inteligente, no es mujer.

-¿Qué?

-Jajaja Bésame, tonto.

A cinematic vision ensued
like the holiest dream.
It's someone's calling?
An angel whispers my name,
but the message relayed is the same:
“Wait till tomorrow, you'll be fine."


Dalia supo cómo hacerme olvidar los inconvenientes de la noche. Tengo que aceptar que el grupo musical era de muy buena calidad (pobre Irwin, pero le agradezco), y nuestro baile fue un intercambio fervoroso de movimientos y abrazos. Estuvimos hasta el final, y cuando se anunció la última melodía de la noche, nos acompañamos de ella para subir a nuestra habitación y terminar con alegría la hermosa velada que gozamos.

-Gracias Fontana, nunca me imaginé tener un fin de semana tan placentero, me alegraba la idea de estar contigo, pero la realidad superó mis supuestos.

-Tambien los míos… A veces, cuando iba al mini-super a comprar todos esos productos ridículos, me preguntaba si mis excusas funcionarían… si alguien como tú querría estar con un tipo como yo, que compra croquetas para gatos prófugos.

-Jajaja ¡Ah! si recuerdo esas cosas, Fontana. Yo sabía que eran puros pretextos para encontrarte conmigo, y me causaban gracia. Eras dulcemente patético… ¿y volvió alguna vez ese gato que te abandonó?

-Nunca lo volví a ver, supongo que no soportó mi frugal estilo de vida.

Me senté un momento sobre el sofá, me sentía cansado pues habíamos bailado mucho. Era un mueble amplio y supuse que no tendría problemas para dormir en él; me recosté luego para palpar su suavidad y constatar su comodidad.

-Qué bonitas estrellas, este ventanal muestra lo que en la ciudad difícilmente puede uno llegar a apreciar –dije a Dalia, mientras me quitaba mis zapatos con los mismos pies –Cuando muera, quiero irme volando hacia allá, al infinito.

Dalia también aventó sus zapatos y se recostó un momento conmigo, pues la comodidad del sofá lo permitía. La abracé y suspiró por la confortable suavidad del mueble; luego, miró profundamente las estrellas.

-Yo no se qué pasará cuando muera; pero en el último momento sabré que todo habrá valido la pena, cuando recuerde cómo lo disfruté. Y cómo disfruté contigo un momento como el de hoy.

-Yo también Dalia… yo también.

Los dos tirados sobre el sofá miramos las estrellas a través del ventanal. El suspiro del viento y la cadencia espumosa de las olas, nos procuraron un arrullo, tan apacible, que sin darnos cuenta desapareció nuestra vigilia.

Caímos los dos en un profundo sueño.

But it's gone to the dogs in my mind.
I always hear them
when the dead of night comes calling
to save me from this fight.
But they can never wrong this right.


-¡Me van a morder la mano, Fontana! ¡No!

-Jajaja ¿Cómo te van a morder la mano, si son unos simpáticos pelícanos? Y no tienen dientes, ni que fueran perros.

Dalia y yo jugábamos sobre la cubierta de la embarcación que nos llevaría a la isla de “Arena Blanca”. Los pájaros del puerto bajaban para recibir de nosotros algunos charales, que yo degustaba como improvisado desayuno, pues dormimos tanto que no tuvimos tiempo de hacerlo. Dalia no quiso charales, pero comió frutas con limón y sal. Así comenzamos nuestro día.

Fue una idea muy afortunada la visita a esa isla. Montamos caballos y degustamos sabores y olores tan puros, como la fina y resplandeciente arena que daba nombre a la isla.

Al regresar, la brisa del atardecer nos hizo sentir lo mágico, lo etéro, lo único, pues el sol se sumergía con tranquilo placer en el horizonte marino, y nos provocó también la necesidad de inmersión, pero mutua, y expresada en miradas, besos y abrazos.

Sorpresa al llegar, pues del otro lado de la bahía, donde se suponía estaría el grupo musical del inefable Irwin comenzando a tocar, no había nada.
Bajamos y caminamos a lo largo del muelle, luego entramos discretamente al hotel y pregunté por los músicos y el festival programado.

-Se canceló, el ayuntamiento prohibió festividades en la playa porque la ingesta de alcohol se salió de control, y hubo un par de casos de peligro de ahogamiento en el mar. Ya sabe, dos locos se emborracharon y quisieron meterse a nadar en la oscuridad. Nos multaron porque no teníamos salvavidas disponibles y tres chichos se arriesgaron para sacarlos. Una disculpa por las molestias –dijo el gerente con aire muy solemne e impostado pesar.

El encargado de darnos la información también nos confirmó que el grupo musical, se había retirado entonces en su camión al mediodía, suponiendo que volvieron a la ciudad capital. Nosotros festejamos la noticia y después de un breve arreglo, salimos de nuevo al puerto para disponernos a cenar en algún bello lugar.

Todo la oferta de sitios era llamativa, y en todos ofrecían música, comida y mucho barullo. Las calles también lucían llenas de gente y entre el movimiento y hormigueo de las calles, Dalia me jaló para que entráramos a un restaurant–bar, donde preparaban una de sus comidas favoritas: el sushi.

Lo que sigue es tan complicado, rebuscado y estrepitoso, que tendré que narrarlo en cámara lenta…

Dalia tomó mi brazo, entramos al lugar y todo era fiesta y animación. Ella me susurró al oido la alegría que sentía, y yo la mire. Nos besamos, levanté la mirada, había mesas, gente feliz comiendo y brindando, un mesero por aquí, otro por allá, la barra del bar, un entarimado largo, una banda tocando; un Irwin molesto mirándome; un público sorprendido y gritando, por cómo el novio “apócrifo” de MI NOVIA saltó encima de las mesas, para alcanzarme corriendo; una banda de músicos que repentinamente paró de tocar, cuando vió que su guitarrista soltaba el instrumento y brincaba de la tarima; una silla que Irwin tomó y levantó en el aire, para usarla con quién sabe qué malévola intención; un jarrón grande que tomé en mis manos, para usarlo en defensa propia; un Irwin que bajaba su cabeza para no recibir el golpe de un jarrón; un capitán de meseros que recibió, por error, el impacto de un jarrón en su redonda cabeza; un cliente que recibió un sillazo en el brazo; una recepcionista llamando por teléfono, gritando asustada; un tipo con un vaso de agua, echándoselo a Irwin en la cabeza; un grupo de policías haciendo uso de su fuerza y de su brutez, para abrirse paso entre la gente; una botella de Jack Daniel’s que alguien robaba, aprovechando el descuido que provocó la situación (ganándose mi respeto de ladrón); una Dalia gritando… y… un silencio. Total.

La cárcel. Fuimos los dos llevados a una delegación policiaca, donde nos colocaron en dos celdas diferentes, separadas entre sí por un pasillo largo. Pasamos algunas horas de la noche allí, unos ratos discutiendo, otros ratos callados por el enojo. Pero después de casi tres horas de encierro, entró Dalia al pasillo, y se puso en medio de los dos encarcelados.

-¡Cállense los dos! Déjenme hablar… supongo esto es culpa mía, por no resolverlo correctamente desde el principio. Así que ahora tengo mucho qué componer. Primero, una disculpa Fontana, porque todos estos embrollos te los pude haber evitado… Y tú Irwin, escúchame; tus amigos están afuera pero les pedí no entrar, ni pagar la fianza aún, sino esperar hasta que yo hablara contigo. Ellos, porsupuesto, están muy confundidos. Y tú ya les explicarás después, lo que yo te vengo a explicar en este momento…

Dalia explicó con detalle toda la situación ocurrida. No dejó en duda ninguna de las motivaciones, situaciones y consecuencias de cada uno de sus actos, y consiguió lo que ella siempre sabe hacer muy bien: convencer.
Irwin no mostraba mucho placer en ser el perdedor, pero dio la razón a Dalia cuando confirmó que sus estilos, costumbres y perspectivas de vida, eran diferentes y la relacion debía terminar.
Los amigos de Irwin se calmaron, pagaron la multa y fueron convencidos por el mismo Irwin para olvidar el asunto y dejarlo atrás.

Dalia, cual chica inteligente que es, dejó que se fueran y esperó que la situación se aliviara, antes de pagar la multa y sacarme de ese agujero penitenciario.

-Ya se fueron, bombón. Pagué la fianza y el carcelero viene con las llaves para liberarte. No es como me hubiera gustado que todo pasara, pero espero me des la oportunidad de recompensarte por tu paciencia.

-Siempre sabes cómo manejar una situación, mi bella chica. Cómo te admiro ése elegante uso que le das a tus maneras y a tus formas… te ves hermosa cuando intentas convencer a alguien –saqué la cabeza de entre la reja y nos dimos un beso. A lo lejos se escuchaba el sonido que las llaves producían, agitadas, en la mano del carcelero.

Don't you wanna come with me?
Don't you wanna feel my bones, on your bones?
It's only natural.

Don’t you wanna swim with me?
Don’t you wanna feel my skin, on your skin?
It's only natural.


-¿Cómo lo haces?

-¿Cómo hago qué? –me preguntó Dalia sonriendo y meneando mi peinado.

-Esa intuición que tienes para conseguirlo todo, sin verte afectada por el esfuerzo… y sin estropear en ningún solo momento la bella expresión de tu rostro.

-No sé… quizá tú lo has dicho, es intuición.

-¿Y pudiera esa intuición guiarnos, para conseguir disfrutar lo que queda de esta noche?

-Si Fontana, si puede… Cierra los ojos, y recuéstate sobre la cama…

(Never had a lover) I never had a lover

-Sé mi amante esta noche, y llena de miel nuestra luna –dijo Dalia, mientras la suave caricia de su ropa se deslizaba por mis brazos.

(Never had soul) I never had soul

-Mi hermosa…

(Never had a good time) And I never had a good time

-Shhhhh… silencio, o no escucharemos a las sirenas cantar.

(Never got cold) I never got gold.

-Bésame entonces, Sirena nocturna.

Don't you wanna come with me?
Don't you wanna feel my bones, on your bones?
It's only natural.


Don't you wanna swim with me?
Don't you wanna feel my skin, on your skin?
It's only natural.


Don't you wanna come with me?
Don't you wanna feel my bones, on your bones?
It’s only natural.

Come and take a swim with me.
Don't you wanna feel my skin, on your skin?

It’s only natural



Gracias por haber escuchado conmigo toooda la canción, y por acompañarme mientras recordaba las imágenes que volvieron a mi mente. Son muy generosos.

Gracias también a THE KILLERS, por su música.

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Estos 7 Amigos de lo ajeno me han aconsejado que:


A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 14 de febrero de 2008, 20:20, mientras hacía este comentario en mi blog:

Que decir! el romance a todo lo que da, pero que suerte la tuya de pisar celdas y celdas, jajaja. Un gusto que no te tardaras tanto en resolver la duda de lo que pasó después del primer beso... Oye, cuando será el siguiente robo???

:)

Un abrazo Fontana!

 

A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 17 de febrero de 2008, 15:25, mientras hacía este comentario en mi blog:

Oye Fontana, tuve un sueño muy extraño: llegaba a tu blog y veía que había muchos episodios nuevos y que yo "ooohhhh, tengo muuucho que leer", jaja, pero mientras más intentaba ir leyendo aparecían nuevos episodios, y yo no podía terminar ni uno, porque eran larguísimos y siempre que iba llegando al final aparecía uno nuevo... jajaja, que tal eh! me dio risa cuando desperté!

:)

 

A Anonymous Anónimo le robé su cartera el día 17 de febrero de 2008, 21:46, mientras hacía este comentario en mi blog:

Aahh Sr Fontana !!
En esta nueva historia, se robó el corazón de Dalia, un hurto por demás productivo diria yo...

Ahora bien.. Dalia le hará cambiar sus malas costumbres y dejará de ser ladrón para convertirse en un cleptómano cualquiera?

Gracias Sr Fontana por tan bonito relato ! Me ha hecho sonreir

D.

 

A Blogger LINO FONTANA le robé su cartera el día 18 de febrero de 2008, 9:24, mientras hacía este comentario en mi blog:

Rotita:

Jaja Espero poder hacer realidad ése sueño y publicar miles de robos, aunque a veces lo que me falta es tiempo para contar mis vagancias y cleptomanías.
Mientras tanto, no desespere; ya tengo en planes un nuevo hurto y le contaré lo que sucedió. Pase buen día y gracias por visitarme.

D. :
El ladrón hará por Dalia lo que sea (Whatever! jajaja)... menos dejar de ser ladrón, porque perdería su encanto. Que bueno que provoqué una sonrisa, eso me da felicidad y estáre contento todo el día.

¡Gracias por visitarme!

 

A Blogger Jesucristo le robé su cartera el día 19 de febrero de 2008, 10:20, mientras hacía este comentario en mi blog:

Que hermoso...pero Dalia me parece que la caga, y sabe desatar muy rapido los nudos. Las mujeres son asi, creen que saben hacer todo, y casi me lo matan a Lino. Por eso le digo, aunque este enamorado, no puede confiar mucho en ella. Un dia le debe plata alguna chica, y me lo terminan acuchillando a Fontana con una cuchara (?).

Y me gusto esa cancion de The Killers, aunque no soy muy fanatico de este grupo de Las Vegas, pero tienen grandes canciones. Somebody told me, that you got a boyfriend, who looks like a girlfriend (era asi la letra)... esa cancion me la dedico el amante de mi mujer, porque decia que parecia una chica de espalda, no? Pero que importa.

Por cierto Lino, donde es ese lugar que fue? ultimamente me voy a tomar unas vacaciones, y necesito un lugar relajante, donde los pelicanos me piquen las bolas santas. Bendiciones hermano Fontana.

 

A Blogger LINO FONTANA le robé su cartera el día 21 de febrero de 2008, 16:00, mientras hacía este comentario en mi blog:

RABI:
El lugar se llama Puerto Vallarta, un hermoso lugar para vacacionar y salir de la rutina, se lo recomiendo. Una bella playa mexicana, un poco agringada ya, pero todavía sabe a México.

Saludos!

 

A Blogger Lilith le robé su cartera el día 25 de febrero de 2008, 9:02, mientras hacía este comentario en mi blog:

Excelente Fontana, no se por que siempre te imagino como el chef de Ratatui, je je je.