lunes, 31 de marzo de 2008
Esta colorida aventura de LINO FONTANA es traída hasta ustedes por Pedro J. Hernández, como a eso de las 16:48... bueno, más o menos a ésa hora.
EN EL CAPÍTULO ANTERIOR…

-Pues ahora que ya tenemos a la banda reunida de nuevo, no queda más que ponernos a trabajar… ¡Hay que planear un gran robo! –les propuse a los demás, que me miraban entusiasmados y enseguida movieron la cabeza en señal de aprobación.

-¡Manos a la obra! –contestaron todos al unísono.

LOS NADIE III: ¡QUE SE JODAN LAS ESTADÍSTICAS!

Nos reunimos muchísimas veces en la casa de Vlad, por ser el único que vivía totalmente solo, para planear el gran robo que engalanaría nuestro flamante regreso como Banda organizada. Ahí estábamos Ivanna, Romo, el propio Vlad, y su servidor Lino Fontana: los 4 miembros de “La Banda de los Nadie”.
Sin embargo nuestro nombre sólo era momentáneo. Bien sabido es, en el mundillo del crimen, que a una banda de atracadores la prensa es quien bautiza. Y tal honor se gana con un sólido movimiento delictivo.
Por lo tanto, nuestra pretensión estaba puesta en el Banco Metropolitano y su bóveda, rellena de millonarias razones para motivar nuestro atrevimiento.

Fueron 3 semanas de duro trabajo de cálculo, observación, logística y planeación. Entrenamos varias veces, desde cómo sería la entrada y cómo la salida. Sopesamos los riesgos y comparamos otros casos parecidos; aprendimos de errores ajenos y pensamos cualquier detalle, por mínimo que fuera, para evitar cualquier posibilidad de error y actuar en caso de cometerlo.
Los fines de semana no volvíamos a nuestras casas, nos quedábamos a dormir con Vlad y tratamos arduamente de adecuarnos a nuestros gestos mutuos, pensamientos y procesos de comportamiento. Necesitábamos ser “uno”. Un solo equipo, una sola mente, un solo objetivo. Así sería la única manera de intuirnos, de presentirnos, de cohesionarnos. Logrando esto, mucho más difícil vendría una imprecisión o una contingencia desfavorable.

Por fin llegó el día y pusimos en marcha todo lo planeado. De acuerdo a lo establecido, Romo pasó por mí en una camioneta de su propiedad. Hizo la señal con el claxon y salí corriendo con varios artefactos que necesitaríamos para realizar el robo. Subí a su camioneta y emprendimos camino para acudir a casa de Ivanna y recogerla.

-¿Inconvenientes hasta el momento, Fontana?

-Ninguno –contesté a Romo -, bueno iba a limpiar el sótano, llevo dos meses queriendo hacerlo, pero me da flojera. Mi hermana me lo tira en cara siempre… ¿Y tú no tuviste inconvenientes?

-No… o bueno, tal vez sí… tuve un problema con mi ex novia. Llamó para decirme que vaya a recoger el anillo de compromiso. Que no se siente bien quedándoselo y que lo recoja para terminar con todo, y dejar las cuentas limpias. Discutimos y colgué.

-No entiendo Romo, llevaban mucho tiempo, ¿por qué simplemente terminaron?

-No es que simplemente termináramos. Ya teníamos algunos problemas, como les mencioné. Los detalles no se los dije, pero ahora te los confieso: ella siempre quiso que tuviéramos un hijo.

-Y tú no querías…

-Sí quería, Fontana. Lo deseaba mucho, bastante. Pero en el futuro, no ahora. A mí me gusta construir la vida en terreno seguro. No me gusta vivir inventando soluciones a problemas que no tenía contemplados, y que se me van complicando sólo por no planear bien las cosas con premeditación. Yo quería primero comprar nuestra casa, matrimoniarnos, luego comprar un auto, vivir nuestra vida de recién casados un tiempo, vacacionar, y ya después tener un par de hijos. Ella no, ella los quería lo más pronto posible, cree que si llega a los 30 y no procrea, nunca lo hará. Y como ya le falta muy poco para llegar a ésa edad, su desesperación aumentó y dice que si no tenemos un hijo ahora se acabó. Yo me rehusé y así terminó todo.

-Oh, que pena, lo siento.

-Sí, pero no importa Fontana… Igual no fue lo único malo, también estábamos aburridos. Tal vez fue mejor así... Lo único que lamento es no haber logrado lo que siempre creí que ya tendría a los 30: un hogar propio.

El camino se hizo menos largo con la plática y pronto llegamos a casa de Ivanna. Ella salió a nuestro llamado, encargó a su hijo con su amiga vecina y se agregó a nuestro vehículo. Nos saludó cordialmente y luego miró con melancolía el horizonte.

-¿Todo bien? –pregunté ante lo evidente de su gesto.

-Sí… sólo estoy un poco triste, por mi hijo.

-Te da pesar dejarlo solo, verdad –comenté por su tribulación.

-Eso en primera instancia. Así ha sido durante varios años, desde que mi esposo y yo nos divorciamos… Casi toda su vida ha sido así, verme partir para salir a la calle y convertirme en madre y padre a la vez. Siempre haciendo de terceros como si fueran su familia –una pequeña humedad cambió sus ojos y luego se coloró su nariz por el pesar-. Y durante todo este tiempo, el idiota que me dejó para irse con su amante cree que la pura pensión es suficiente para sentirse buen padre. Me da tristeza no estar al pendiente de mi hijo, y más me da tristeza tener que partir de su lado… Yo me pierdo los mejores momentos de su vida, pero no puedo detener la mía, porque resulta peor. Es una triste paradoja.

Ella se enjugó sus lágrimas y limpió su nariz, Romo y yo nos miramos enmudecidos, pero luego Ivanna disgregó la tensión, recuperando la ecuanimidad y preguntándonos detalles del desarrollo del proyecto.

-Excelente, todo marcha de maravilla –contestó Romo –. Bueno sí, yo también tuve un pequeño episodio como el tuyo.

Romo explicó todo de nuevo a Ivanna, quien se sintió menos decaída por no encontrarse sola en las penas. Nos sacudimos toda nuestra melancolía y aceleramos el paso para acudir con el último de nuestros secuaces, el impredecible Vlad.
Al llegar notamos la luz apagada de su departamento, pitamos varias veces pero no salió. Para no causar demasiado alboroto, subimos hasta su puerta y tocamos, pero sin recibir respuesta. El plan estaba peligrando, pues como siempre, nuestro extraño compañero inexplicablemente se ausentó de su casa, aún sabiendo que hoy era el gran día. Intentamos llamar a su celular pero nadie contestó.

-¿Qué hacemos? -preguntó Ivanna.

-Pues no sé… -no empezaba yo a hablar cuando mi celular sonó. Contesté y se trataba de Vlad.

-¿Vlad? ¿Dónde estás idiota? Que no recuerdas que era hoy el… ¿Qué? ¿En serio?... ¿Y, qué haces allá?... Está bien, ¡allá vamos! –colgué extrañando. Todos me preguntaron qué había pasado, y les dije que Vlad me comunicó que se encontraba ya en el banco.

Nos sorprendimos, pues el plan era que en el vehículo de Romo pasaríamos a recoger uno a uno a los miembros de la banda. Habituados como siempre a las rarezas de nuestro compañero, subimos a la camioneta y arrancamos rumbo hacia el banco. Ya la noche había caído.

Ya nos faltaban unas pocas calles para llegar, cuando vimos que el banco se llenaba de policías. Supusimos lo peor y creímos que Vlad había cometido una habitual estupidez.
No eran muchos los uniformados que estaban, pero sí suficientes para pensar que algo había sucedido. Estacionamos la camioneta donde nadie pudiera verla, un par de calles lejos de allí, y asomándonos entre la obscuridad protectora, mirábamos lo que sucedía en la fachada del banco. En ese instante, una voz detrás de nosotros nos espantó.

-¡Está funcionando de manera magnífica, muchachos! –exclamó Vlad asustándonos.

-¿Qué? Pero qué estás haciendo torpe, ¿por qué está la policía en el banco? –refunfuñó Romo ante la incomprensible felicidad de Vlad.

-Muchachos, muchachos, ¡relájense! Fui a la tienda de animales de mi primo. Le trajeron unas ardillas muy graciosas.

-¿Y qué tiene que ver eso con el robo que haríamos hoy? –le inquirí con impaciencia a Vlad.

-Pues que me traje a las ardillas y abrí un pequeño agujero en las ventanas del techo. Entonces deposité las ardillas allí y entraron al pasillo principal del Banco. Los sensores de movimiento las han detectado varias veces, y luego ha venido la policía y descubre que no hay nada, que es una falsa alarma, esta es la tercera vez que vienen hoy.

-¿Y entonces? –renegó Romo.

-Pues entonces creo que en esta ocasión desconectarán los sensores y ya podremos entrar… de hecho, creo que es lo que está sucediendo en este momento jejeje

Nos asomamos furtivamente entre las sombras, desde la suficiente distancia donde nos encontrábamos, y confirmamos la teoría de Vlad. La policía desconectó el sistema de alarmas para no seguir recibiendo falsos llamados durante ésa noche, y constatamos que nuestro amigo no estaba tan loco.

-Eres un idiota con buena suerte –le dijo Romo, sonriendo. Los demás hicimos lo propio y lo felicitamos.

Después que la policía se fue y dejó solo el banco, tomamos nuestros aditamentos y trepamos hasta el techo, donde sería más fácil la entrada y no habría miradas que nos descubriesen. Logramos perpetrar y dentro del establecimiento pusimos en marcha el plan.

Llegamos hasta la bóveda y comenzamos a cavar, pues como se han de imaginar, no teníamos la contraseña de la compuerta. Sin embargo desde aquella mínima distancia fue muy fácil quitar las losas y en medio de la oscuridad cavar para hacer un hoyo y pasar por debajo, sin necesidad de hacer un peligroso túnel que pudiera derrumbarse. Una vez dentro de la bóveda sacamos el dinero y los metales, cuidando de no hacer ruido y lentamente sacamos todo a la camioneta, pues Romo estaba allí, en la calle, monitoreando los movimientos nocturnos y con la radio comunicándose con nosotros. Sacamos todo el botín y rápidamente cargamos en la camioneta, hasta que lo sacamos todo.

Romo encendió el vehículo y nos largamos de allí con rapidez. Al hacerlo, vimos a una mujer en una ventana, que nos observaba detenidamente mientras abrazaba a un gato.

-La mujer que estaba en la ventana nos va a delatar –dijo Ivanna con duda.

-Ni modo, lo hicimos mejor que pudimos, esperemos que sea una vieja idiota y no diga nada –explicó Romo a manera de consuelo.

Conducíamos ya por la Avenida del macro carril, cuando un policía que iba en una moto nos hizo una señal para que nos detuviéramos. Íbamos a pisar el acelerador y huir, pero Ivanna nos dijo que tal vez pudiera tratarse de otra cosa, era mejor no especular y esperar, quizás solo nos haría alguna observación sin importancia: para qué ponernos en evidencia nosotros mismos.

El policía se acercó hasta el costado de Romo, quien venía manejando, y luego se bajó de su moto. Después preguntó por qué no funcionaban las luces direccionales izquierdas. Romo le dijo que se trataba de un descuido, mientras el uniformado tomaba su boleta para hacer el conocido ritual de querer imponernos una multa y esperar a ver si le dábamos un “sobornito”. Como somos unos ladrones que queremos cambiar al país y detestamos la corrupción, nos hicimos los desentendidos, por lo que el policía no tuvo más remedio que comenzar a levantar el folio sin recibir ni un centavo de nuestra parte.

Romo le iba a dar un nombre falso con una credencial que le imprimimos por si esto se presentaba, cuando en la radio del agente vial se escuchó un anuncio que decía: “Camioneta blanca de reciente modelo, placas XGL 5472-A, con cabina, compartimento trasero y puerta corrediza lateral, tiene un reporte de haber sido vehículo de escape de unos ladrones de banco. Por favor a todos nuestros elementos, si la ven, deténganla y arresten a sus ocupantes. Cambio y fuera”.

El policía sonrió y luego prosiguió con el levantamiento del folio, mientras Romo detuvo la búsqueda de la credencial falsa.

-Eeeh… No la traigo, mas bien no la encuentro, oficial… -contestó Romo con rapidez para no mostrarle los datos del vehículo al uniformado.

-Siga buscándola, mientras déjeme ver su placa para seguir llenando el folio…

-No oficial… es que… no tenemos la placa delantera, sólo la trasera jeje… es que nos la robaron, mejor verifique la trasera… -le gritó rápido Romo para hacerlo mover hacia atrás.

El policía arqueo las cejas enfadado y caminó hacia la parte de atrás de la camioneta. Romo encendió con la llave y de inmediato arrancó, pese a los gritos de sorpresa del agente vial, que rápido tomó el radio y comenzó a reportarnos como los asaltantes de los que hablaba el informe de la central de policía.

Estábamos sorprendidos, pues tal parece que la señora del gato nos delató y ahora teníamos un reporte policiaco. Inusitadamente, mientras discutíamos lo que debíamos hacer, unas extrañas luces nos seguían a los lejos. Al concentrar la mirada, observamos lo que después se haría evidente con el sonido de las sirenas: la policía nos estaba siguiendo.

Suspiramos un poco y comenzamos a aminorar la marcha del vehículo, no queríamos detenernos, pero eran dos patrullas las que se acercaban todavía con algo de distancia y cautela.

-No hay que rendirnos –ordenó Ivanna inusitadamente.

-¿Estás loca? Y qué se supone que vamos a hacer, ¿ver si logramos perdernos de 2 patrullas? Estoy seguro que si aceleramos pedirán refuerzos –Romo estaba desesperado y sólo hacía aspavientos con su mano derecha.

-Hay que hacer lo que dice Ivanna, ¡qué tal que funcione! Hay que patearles el culo a ésos azules… Fuck The Police! –gritó Vlad entusiasmado.

-No seas idiota Vlad, son 2 patrullas y no les ganaremos, lo más probable es que sólo terminemos fracasando y siendo el hazmerreír del gremio. Seremos parte de la fea estadística en donde sólo cuentan a los perdedores –dije yo con enfado y pesar.

-No Fontana, piénsenlo muchachos… ¿Ya qué mas importa que terminemos siendo sólo unos perdedores? De todas maneras siempre seremos parte de las frías estadísticas que menciona Fontana. Las mismas que dicen que la mayoría de las personas como Romo llegarán a los 30 sin haber logrado formar una familia y teniendo por eso una gran depresión; las que dicen que gente inadaptada terminará volviéndose contra la sociedad, como el ladrón de Lino; también las que dicen que los jóvenes adultos de la actualidad, son unos adolescentes tardíos que se escabullen de las responsabilidades y viven con la incertidumbre de su futuro, como Vlad… o las que mencionan que un porcentaje muy alto de matrimonios se disolverán generando madres divorciadas, que solas tendrán que cuidar y proveer un hogar… como Yo…

Nos quedamos callados, pues estas palabras de Ivanna nos hicieron mirarnos a los ojos unos a otros. Romo no detuvo la marcha del vehículo, mientras pensaba en lo que ella dijo y miraba por el retrovisor.

-No se qué nombre nos pondrán después de esto -continuó ella-, ni sé cuál será nuestra aportación a la historia del crimen, pero tendrá que ser algo que mencione que nunca nos rendimos. Que seguimos con el acelerador a fondo y sin traicionar nuestro estilo, porque así lo escogimos nosotros y nadie nos lo impuso. Que mencione lo genuinos y auténticos que demostramos ser, debido a que nunca nos sometimos. ¡Que se jodan las estadísticas! ¡Que se joda la policía y si van a arrestarnos, que les cueste!

Unos cuantos segundos después de las palabras de Ivanna, soltamos el aire de nuestra respiración y le mostramos nuestro sentir.

-Si… ¡Que se jodan! –dijo Vlad.

-¡Que se jodan! –dijimos luego Romo y Yo.

Estuvimos de acuerdo y Romo aceleró, la policía se desconcertó y luego intentó dificultosamente de perseguirnos. Ya no recuerdo cuánto tiempo tardaron en alcanzarnos, casi hasta que se nos acabó la gasolina, ni la ardua carrera que les hicimos dar cuando nos bajamos del vehículo y corrimos en todas direcciones. En los diarios salió la noticia de nuestro arresto, pero de quien todo mundo se rió fue de la policía: se necesitaron 7 patrullas y 23 elementos para detener a 4 miembros desarmados de una banda de asaltabancos.

Las burlas contra la policía fueron nuestro premio. Logramos ganarnos el respeto del público y de todos los inconformes que, como nosotros, odiaban la autoridad de aquellos uniformados corruptos, homófobos y atolondrados.

No fuimos los mejores, pero sí los más auténticos.

FIN DE LA SERIE "LOS NADIE"

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Estos 9 Amigos de lo ajeno me han aconsejado que:


A Blogger Jesucristo le robé su cartera el día 31 de marzo de 2008, 20:39, mientras hacía este comentario en mi blog:

Mierda! Yo que soy el gran Jesucristo, tambien voy a estar de acuerdo con Vlad: FUCK THE POLICE! si hay algo a que odiar, es a la policia. Por eso me da rabia dos cosas: la vieja chusma de siempre, que se mete donde nadie las llama, no se como. Es algo asi como la madre de Magdalena, vieja que siempre me dice que soy un Hippy y que vaya a buscar un trabajo de verdad, en vez de andar de vago crucificandome por ahi.

Pero que bah! buen intento hermano Fontana. Usted hace enorgullecer a iglesias ladronas, ladrones como yo, que enganie a miles de personas, y demas ladrones comunes, que viven robandonos dia a dia para sobrevivir en este cruel mundo. Por usted, brindemos con una copa de vino, y digamos juntos de nuevo: FUCK THE POLICE! Salud!

Bendiciones hermano Fontana.

PD: yo le iba a escribir una queja, de porque no aparecia la tercera parte, y pam! se nos dio. Un milagro.

 

A Blogger LINO FONTANA le robé su cartera el día 1 de abril de 2008, 9:29, mientras hacía este comentario en mi blog:

Buenos días!

Rabí:

Voy a brindar con usted y le ofreceré el buen Tequila Chamucos que hacemos acá: SALUUUUUUUUD! & Fuck The Police!... con todo y Sting! jajaja

Me tarde un poco en sacar la tercera parte por la Semana Santa, ya sabe que yo soy un fiel devoto suyo, así que estuve rece y rece miles de rosarios... para ver si corrían a Hugo Sánchez de la selección Mexicana, ¡y mire nomás lo que sucedió!

Gracias por el milagro, Maestro.

 

A Blogger Samantha le robé su cartera el día 1 de abril de 2008, 13:09, mientras hacía este comentario en mi blog:

Jejejeje, qué divertido¡¡¡¡, me encantó el maravilloso final de esa aventura y la verdad es que me uno al grupo que repudia a los polis y a los guachos y bien por la bandita de "Los Nadie" que lo único que hicieron fue evidenciar lo que todo mundo sabe acerca de esos seres qué tienen una manera muy sucia de sentirse poderosos.

Y en cuanto al milagrazo de Hugo Sánchez también me uno, saluuuddd¡¡¡ por esa sana decisión¡¡¡, jejejej.

Bienvenido Lino, no sabes qué gusto me da que estemos de regreso¡¡¡ yo también ya me reincorporo a mis actividades cotidianas después de unas deliciosas vacacioncitas. Saludos¡¡¡

 

A Blogger El Aletz le robé su cartera el día 2 de abril de 2008, 0:43, mientras hacía este comentario en mi blog:

oo maigaaadd¡¡
Quién diria que la banda de los nadienn pudiera regresar tan rápido a las andadas?¡ A ver que sale en las noticias..
jajaja
Saludos¡¡
Aletz

 

A Blogger LINO FONTANA le robé su cartera el día 2 de abril de 2008, 14:12, mientras hacía este comentario en mi blog:

Gracias por sus visitas:

Samantha:

Sí jeje, ésa pequeña posición de poder de los policías los hace creer que pueden abusar del que sea. Algún día les contaré todas las sinverguenzadas que he vivido con aquellos bastardos uniformados.

Que bueno que tuviste unas buenas vacaciones.

Aletzillo:

Nomás no compre "La Nota Roja" o cualquiera de ésos periódicos amarillistas, porque luego exageran.
¡Gracias por venir Aletzillo!

 

A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 7 de abril de 2008, 0:19, mientras hacía este comentario en mi blog:

Jajaja, que bonito, se me movió el corazón. Y me identifiqué con una de las estadisticas... ya luego te diré con cual... es que aquí, enfrente de todos, puedo balconearme gacho...

jeje...

Y tu hermana, cuándo me vas a dar el gusto de verla en acción???

:)

Abrazo!!!

 

A Blogger LINO FONTANA le robé su cartera el día 7 de abril de 2008, 10:55, mientras hacía este comentario en mi blog:

Rotita!!!

Y a mí también se me ha movido el corazón por leerla de nuevo, y le confieso: La extrañaba.

Me da gusto que haya vuelto y que la historia final le haya gustado, es para mí un placer.

Luego me contará con cuál estadística se identificó ;)

Un abrazote y un besote!!!

 

A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 7 de abril de 2008, 22:13, mientras hacía este comentario en mi blog:

Ahhh pero pos claro que me gustó, si ya sabes que soy tu fanss número uno... y tu principal promotora...

:)

Yo ya lo extrañaba también Fontana, y extrañaba también darme vueltitas a su blog y reirme con las aventuras del ladrón más divertido que he conocido...

Un abrazote y besos... ya roba, porfitas... andale, no tengo llenadero... jajaja...

Chaooooooo...

 

A Blogger Nohema Rios le robé su cartera el día 8 de abril de 2008, 12:11, mientras hacía este comentario en mi blog:

Lino, gracias por visitar mi blog, me entró la curiosilla de conocer tu espacio y la verdad me encantó. Genial tu relato sobre la banda "Los Nadie", estaba picadísima. Regresaré de nuevo a leerte, a ver qué otras fechorías has hecho...
Abrazos!!