lunes, 19 de mayo de 2008
Esta colorida aventura de LINO FONTANA es traída hasta ustedes por Pedro J. Hernández, como a eso de las 7:21... bueno, más o menos a ésa hora.


"Your own personal Jesus,
someone to hear your prayers
someone who cares"

-Depeche Mode


-No puedo creer que todo esté carísimo, los dueños de los supermercados abusan. ¿Quiénes piensan que somos para que nos vendan las cosas a ésos precios? Yo soy un ladrón, ¡pero no de cuello blanco! No gano tanto dinero con mis robos como lo hacen los empresarios chinos.

-Ya Fontana ¡callate, que me hartas! Llevas todo el camino quejándote de los precios altos -refunfuñó mi hermana Karina-. La próxima vez yo iré sola a comprar la despensa.

-¡Peor cosa Karina!, llenaríamos la despensa de monos de peluche y cuadernos brillosos de color rosa. Nunca te dejaré ir sola a gastar el dinero.

Mi hermana y yo habíamos asistido como cada quincena a comprar los víveres para nuestro pequeño almacén. Los precios estaban cada vez más caros por culpa de la gasolina que se necesita para los transportes. Con semejante crisis en los precios de la comida, decidí racionar todo para que nos alcanzara el gasto. Obviamente era una idea que a mi hermana no le gustaba, pero no había otra manera.
Cuando llegamos a casa, nos pusimos a acomodar todos los víveres en la despensa y seguimos platicando acerca de lo onerosa que era la vida en la ciudad.

-Todo es tan costoso que no me explico como hay gente que puede sobrevivir con tan poco dinero y manteniendo a una familia entera. Es más, quisiera saber cómo le hacen los pordioseros para vivir tantos años y sin gastar un solo peso -exclamó con fastidio mi hermana, mientras revisaba la fecha de caducidad de una lata de champiñones.

-Sí, yo también quisiera saber cómo hacen los pordioseros para vivir tan alegremente y... ¡Ah!... espera un momento Karina... ¿Pero cómo es que no se me había ocurrido? ¿Por qué no me convierto en pordiosero un tiempo y averiguo cómo le hacen para vivir tanto con tan poco? ¡Es una idea excelente! -grité con una emoción tal, que me hizo soltar los pepinos que tenía en la mano.

-¡Espera sinvergüenza! ¿A donde vas? ¡Todavía no terminamos de acomodar las latas y las cajas!

-No puedo esperar Karina, voy a ir a poner en marcha mi plan de convertirme en pordiosero. Si tengo éxito ya no volveremos a pagar ésos precios injustos, ¡volveré pronto!

-¡Flojo! Sabía que inventarías algo para escabullirte del trabajo...!

Ignoré la actitud negativa de mi hermana y corrí a cambiarme de ropa. Me puse las garras y tripas de ropa más desgastadas que encontré y salí a la calle totalmente disfrazado de vagabundo. Mi atuendo era tan fenomenal y convincente que no tardé mucho en recibir algunas monedas de extraños piadosos. "Entonces así es como funciona esto, ¿cierto? La gente les da dinero a los vagos, y todo lo logran sin mover un solo dedo trabajando. ¡Esta vida me va a gustar!", reflexioné con una sonrisa en la boca. Por fin había encontrado una vida rastrera, fácil y cómoda que se adaptaba a mis necesidades ocioso-delictivas. "Voy a buscar pordioseros profesionales y me les uniré para aprenderles todos sus trucos", y corrí en dirección al viejo puente, aquel donde siempre había mirado algunos malvivientes y vagos habitando debajo.

Al llegar me deslicé a la parte inferior y lentamente me acerqué a los sujetos que yacían cómodamente bajo ése callejero resguardo. Encontré a varios platicando y jugando con unas piedras mugrosas, otros más oliendo bolsas de basura y sólo algunos dormidos. Luego de algunos escarceos, parecieron aceptarme en su círculo de desdichados, pues dejaron de tenerme aversión y aceptaron intercambiar palabras conmigo.

-¿Y usted de donde viene, señor Fontana? -me preguntó uno de ellos.

-Ah pues eh... digamos que... era yo un ladrón caído en desgracia, ¿y ustedes?

-Yo nada, siempre he sido esto -dijo un primero.

-Yo vengo de un pueblo lejos. Me vine a buscar trabajo pero nunca encontré -mencionó un segundo más, con un fuerte dejo de tristeza.

-Yo era ingeniero civil, tenía una familia y una esposa, hasta que me hartaron y los abandoné -a éste último lo reconocí, pues en medio de sus andrajos y de una toalla percudida que le tapaba la cara y le cubría del sol, creí ver al mismísimo Walter. Sí, aquel vagabundo que siempre husmeaba en mi basura.

-Walter, ¿es usted? -pregunté mientras lo tomaba del brazo para apartarlo del grupo y poder indagarle en privado -¿Qué hace aquí? ¿Que no se supone que usted había dejado su vida de vagabundo para regresar con su familia? Yo mismo lo llevé a su casa y lo dejé en la sala con su esposa. ¿Qué sucedió?

-Fontana pero ¿qué no recuerda a mi esposa? No duré más que una sola semana aguantando el mal humor de ésa vieja gruñona. He regresado a mi vida de vagabundo porque la creo más saludable.

-Ni hablar, ciertamente tiene usted razón -dije yo después de un momento, pues recordé con claridad a su malhumorada esposa y su inaccesible carácter.

Luego por un costado e inusitadamente, todos los vagabundos se empezaron a arremolinar alrededor de un tipo que venía a paso lento y levantando los brazos. Acto seguido, Walter me empujó para que saliéramos a su encuentro.

-Vamos Fontana, ven a conocer al "Rabí" -me dijo con entusiasmo.

-¿El Rabí? -pregunté desorientado y con desasosiego.

Nos acercamos, y fisgoneando entre las cabezas de los desventurados pudimos entrever a un sujeto de largos cabellos y ropas que alguna vez fueron blancas (aunque ahora estaban grises y percudidas), con una barba tupida y de aproximadamente unos 33 años. Hablaba con un tono solemne pero inspirado, mientras todos los vagos se arremolinaban para hacerle preguntas. "Rabí, hoy me levanté y no pude ver nada, estoy ciego", gimió un sujeto que se acercó a tocarle el manto. Luego nuestro extraño profeta le escupió en los ojos y se los talló, mientras decía: "Vos no estáis ciego, es sólo que tenéis mugre en la mirada y en el alma". De inmediato, el ciego se limpió la saliva del profeta y entonces exclamó "¡puedo ver, puedo ver!".

-Esto es un fraude -le dije yo a Walter en voz baja- este sujeto se quiere pasar por Mesías.

"En verdad os digo: que no veáis la mugre en el ojo ajeno, sin antes ver la propia en vuestros ombligos", declaró en voz alta, mientras los vagabundos exclamaban en coro "¡oooh!".

-Si se mueve como fraude, habla como fraude y se peina como fraude, entonces es un fraude -me referí explicándole a Walter, a quien busqué con la mirada pensando que estaba cerca de mí, pero no era así. Al volver la vista hacia el supuesto profeta, miré a mi infausto amigo acercándosele para pedirle sus fraudulentos favores.

"Rabí, los demonios me persiguen y quieren poseerme y destruirme", se quejó mi compañero Walter con un tono de súplica en sus palabras y mirando al Rabí implorando su acción milagrosa. "Debe estar hablando de su familia y su esposa", supuse yo con fastidio.

-He perdido toda mi vida tratando de huir del infierno en que me quieren condenar ésos seres demoníacos...

"Sí, está hablando de ellos", comprobé por su declaración.

-Sálvame Rabí, haz que mis demonios se vayan a ésa jauría de perros salvajes que están allá -suplicó Walter juntando las manos y mirando al agorero profeta. Éste consintió con la cabeza y luego dijo, "Walter, tu fe te ha salvado, hágase según has dicho", de inmediato tocó la cabeza de mi amigo e hizo una mímica que hacía suponer que sacaba los demonios del poseído y los arrojaba a los perros callejeros, quienes tranquila y felizmente tomaban el sol y se rascaban las pulgas, cosa que no dejaron de hacer con invariable alegría en ningún momento. "Voy a desenmascarar a éste sujeto", decidí luego de ver tan barata demostración de supuesto poder sobrenatural.

Luego de algunas alabanzas y muestras de pleitesía, toda la caterva se congregó debajo del puente y sacaron de su escondite dos pedazos de pan rancio que se dispusieron a compartir con el Rabí. Éste los tomó y los bendijo, luego observó a todos los que le rodeaban y declaró: "No alcanzarán éstas dos piezas de pan para toda esta gente, veamos... somos 12 personas... 2x6= 12... lo que nos da por resultado que… ¡Ya lo tengo! corten en seis pedazos cada pan y repártanlos..."
Walter abrió los ojos como si hubiera tenido una epifanía y exclamó: "¡Aaah!, ¿pero qué ha pasado? ¿Lo han visto? ¡Multiplicó los panes!".

"Está bien, ya fue suficiente", renegué para mis adentros pues no estaba dispuesto a seguir atestiguando tamaña quimera. El supuesto Rabí hacía ademanes cada vez más teatrales y les hablaba con un tono de voz tan empalagoso y aletargante que resultaba toda una tortura seguir su discurso.
Tenía qué actuar, y fue entonces cuando el mismo profeta me facilitó el camino después de hacer la siguiente declaración: "Pronto tendré que irme a un lugar al cual no podrán acompañarme... no, no se espanten, pero en verdad os digo que uno de ustedes habrá de traicionarme".

-Parece ser que usted tiene muchos enemigos Rabí -exclamé con sorna y sarcasmo-, ¿por qué no nos dice su nombre? Así sabríamos cómo llamar a nuestro profeta cuando ya no esté con nosotros -pregunté con suspicacia capciosa.

-Hermano Fontana, vuestra pregunta revela la propia falta de fe. La duda ofende, pues yo Soy el que Soy... Yo soy “El Nazareno”.

-¡Mientes, mientes! -grite levantándome del piso -eres un fraude, tú no eres El Nazareno porque no has hecho ningún milagro; tú no eres El Nazareno porque no puedes expulsar a los demonios; y por último, ¡tú no eres El Nazareno porque sencillamente eres un mentiroso!

-Lo ves, me negaste tres veces. Eso ya me lo habían hecho antes.

"Con este sujeto no se puede", refunfuñé exacerbado mientras me levantaba del piso y salía caminando de allí. Tengo cosas más importantes de qué preocuparme como para no regalarle el tiempo a éste mesías fraudulento.
Como ya era de noche, decidí regresar a casa para dormir. Sin embargo tenía un poco de hambre, pues el pan que el Rabí nos dio estaba rancio y no me apeteció comerlo, por lo que acudí al minisuper a comprar algo.

Tomé una café y un hot-dog de plástico, y cuando me acerqué a la caja a pagar encontré un peculiar anuncio que llamó mi atención.

-¿Quién es ése sujeto del anuncio de "Se Busca"? -le pregunté al gerente -Creo que lo conozco.

-Pues si lo conoce ya se ganó una pequeña recompensa, es un delincuente buscado por los alrededores. Lo denunciamos a la policía y ellos están investigando su paradero. Nuestro minisuper fue víctima de uno de sus fraudes y nosotros mismos ofrecemos una recompensa a quien lo encuentre o dé informes que permitan atraparlo -mientras me explicaba, señalaba el cartel donde estaba la foto del sujeto, cuyos alias eran "J.C.", "El Rabí", "Maestro" y también El Nazareno. Evidentemente se trataba del profeta engatusador que había yo conocido horas antes.

Sonreí con fariseísmo y le comenté al cajero acerca de mi hallazgo. Le dije que yo podría conducirlo hasta el mesías prófugo y comenzamos a ponernos de acuerdo sobre el proceso que seguiríamos, de tal manera que él llamó a la policía para que una patrulla nos acompañara en su detención.
Mientras, le pedí que me pusiera al tanto de éste timador y del crimen que se le imputaba, pues como buen ladrón que soy, me puse a criticar la labor profesional de éste colega.

-Pues fue un fraude -comenzó el gerente -, nos vendió botellas de licor supuestamente importado, pero resultó que sólo estaban rellenas con agua.

-No me lo diga: intentó convertir el agua en vino.

-Algo así.

-Debí suponer que se trataría de una cosa tal... -mencioné levantando los ojos hacia arriba, luego proseguí- Y dígame, ¿cuál es la recompensa que me darán por entregarlo?

-30 onzas de oro.

-No...

-Sí.

-¡Pero qué pinches coincidencias! ¡Carajo!

Llegó la policía y acudimos todos al viejo puente. A lo lejos vimos al grupo de vagos alrededor de una fogata platicando y ensalzando a El Nazareno. Tomamos todas las precauciones correspondientes y convenimos en una señal para yo poder indicar quién era el defraudador buscado.

-De ninguna manera pienso darle un beso en la mejilla, ¡desde ahora olvídenlo! -grité con irritación a los policías, quienes ante mi molestia accedieron a sólo esperar que indicara quién era J.C. mediante un saludo de manos.

Se hizo tal como yo había dicho y me apresuré a bajar hasta la parte inferior del puente para señalar al profeta. Luego de nuestro delator saludo de manos, los policías bajaron y se llevaron a nuestro mesías apócrifo. Lo tomaron, caminaron hasta la patrulla y sin más se lo llevaron, luego el gerente del minisuper me dijo el día en que podía pasar a cobrar mis 30 dólares y allí acabó toda la escena.

Con semejante final y la promesa de mi esperada recompensa, volví hacia atrás y me encontré con aquellos discípulos abandonados que tristes miraban el piso. "¿Qué pasa muchachos, por qué tan tristes?", pregunté ante lo evidente. "Se llevaron al Maestro…", me contestaron con genuino pesar, luego Walter sólo pudo agregar: "Apenas que me acababa de nombrar ministro y piedra angular de su movimiento".

-Bueno Walter, así es la vida. Qué le vamos a hacer -comenté campantemente. En seguida todos los apesadumbrados apóstoles se me quedaron viendo con molestia. Con tan sutil muestra de aversión, lo mejor fue disponerme a huir de allí.

Llegué a mi casa dispuesto a olvidarme de mi cansado plan de volverme vagabundo y sólo con la idea de presentarme posteriormente a recibir mi recompensa. Tomé un breve refrigerio y me fui a dormir, entre las reclamaciones de mi hermana por no haberle ayudado a acomodar la despensa.
En el día siguiente, seguí con mis rutinas cotidianas pero por alguna extraña razón me sentía observado. Quizá todo fuera puro delirio, mas sin embargo cada vez que salía a la calle volteaba hacia atrás creyendo percibir una presencia extraña.

Seguí creyendo que mi cabeza me jugaba ésas bromas, hasta que se presentó el momento en que me entrevisté con el gerente del minisuper. Me hizo el pago puntual como acordamos de mi recompensa y caminé a casa feliz de tener aquella pequeña fortuna, mientras pensaba cómo la gastaría.
Sin embargo, durante aquella ruta comprendí que no era mi imaginación la que me perseguía, sino una amenaza real y verdadera.

En una esquina por la cual viré para tomar una calle estrecha, creí ver atrás mío una cara conocida. Detuve un momento mis pasos y regresé para mirar por la calle que había dejado, confirmando mi sospecha. Se trataba de uno de los vagabundos, discípulos del "Maestro", quien trató de esconderse de mi mirada sin conseguirlo. Eso no fué lo que más me espantó, sino que en sus manos sostenía una soga gruesa, como la que se usa para amarrar caballos o... ¡ahorcar gente!

"¡Me quieren joder!", pensé alarmado mientras emprendía la huída, corrí con mucha fuerza y miré hacia atrás, percatándome de que no era un solo vago, sino una buena parte del grupo de aquellos discípulos que tenía el pretendido profeta, queriendo liquidarme por delatar a su patrono y mandarlo tras las rejas.
Entré corriendo a la casa y mi hermana sólo observó cómo tropezaba las escaleras y subía torpemente a mi habitación.

Recuerdo que ésa noche no pude dormir adecuadamente, cualquier ruido en la azotea me despertaba y hasta los ronquidos de mi hermana me causaban inquietud. No fue el mejor descanso que pude tener, y se notó al día siguiente, pues nada pude hacer debido a que pasé gran parte del tiempo dormido, reponiendo el sueño que la noche anterior no disfruté.
Volvió a anochecer y amanecer, y ésta vez desperté con un ánimo excelente, pues hasta tuve la sensación de que todo lo anterior sólo habían sido pesadillas. De inmediato bajé a la cocina a desayunar, con un ánimo muy repuesto y exhibiendo mi singular alegría mañanera.
Desayunábamos mi hermana y yo, cuando de repente unos toquidos en la puerta me espantaron de nuevo. Karina fue corriendo a abrir mientras yo le pedía que verificara la identidad del que tocaba, a lo que ella contestó gritando: "¡Es Walter!", procediendo de inmediato a abrirle la puerta. Yo corrí hacia la entrada incrédulo.

-Walter, ¿qué hace usted aquí? -pregunté con desazón.

-Fontana, no se ponga nervioso. Vengo como su amigo.

-No me diga, Walter. Viene a matarme como lo quieren hacer sus correligionarios...

-Claro que no Fontana, yo a usted lo estimo mucho. Lo sabe bien... vea que hasta le he traído un regalo.

-Walter qué detalle el suyo, ¿pero qué trae en ésa caja?

-Pues es su regalo, mi amigo Fontana. Ábralo y averígüelo usted mismo.

-Gracias Walter qué amable es usted, a ver... veamos... ¡Ah que bien! ¡Qué bonitas corbatas, es un detallazo de su parte!

-No hay nada qué agradecer, Fontana... ¿Le ayudo a ponérselas?

-Sí, ayúdeme… ¡Hey! Un momento... ¡No!... No quiero nada que tenga que ponerme en el cuello, ¡Nada...! ¡Nothing! No me toque el cuello, ¡no me lo toque! -grité con desesperación.

-¡Demonios! Les dije a los muchachos que esto no funcionaría, debí traer la cuerda...

-¡Walter! ¿Me quiere usted matar? Pero ¿por qué?

-No… bueno sí… es decir no, claro que no… tiene usted razón Fontana, hemos llevado esto demasiado lejos. Es sólo que nos sentimos muy tristes desde que nuestro Maestro se fue.

-Bueno Walter, yo sólo vi mi ventaja y la aproveché… pero creo que también yo exageré… mire buen amigo, qué le parece si hacemos un trato, yo les haré un favor a ustedes y con eso estamos a mano. Vayamos al ministerio público ahora…

Finalmente no podía quedarme mal con Walter, así que fuimos con la policía y yo mismo pagué la multa para que dejaran libre al Maestro, pagando con el mismo dinero que obtuve de las 30 onzas de oro.
Lo llevamos al viejo puente y todos aquellos discípulos desdichados volvieron a tener un brillo en sus ojos cuando vieron a su profeta volver. “El Rabí ha regresado, ha regresado!”, gritaban y festejaban entusiasmados. Mucho más razón tenían para estar felices cuando constataron que el El Nazareno salió libre al tercer día, según las escrituras… las escrituras que dejó en el baño, porsupuesto, donde se puso a fantasear y escribió una odisea igualita a la que acabábamos de vivir.

Todos quedaron contentos y el Maestro se fue a un viaje al cual, según dijo, no podía llevar a sus discípulos puesto que debía ir solo, pues ascendería a los cielos y estaría sentado a la derecha del padre. Meses después supimos que se había unido al Cártel de Sinaloa y era la mano derecha del Gran Padrone de Sinaloa. Sin embargo, antes de irse nombró a Walter ministro de sus tierras (¿cuáles?) y le dio las llaves de su reino… el cual dijo que no era de este mundo, y por eso finalmente no le dio nada. Sin embargo, el gran carisma y personalidad del Maestro nunca fueron olvidados.

Desde entonces, soy un creyente y fiel devoto de Jesuschrist*

¡Aleluya!



Dedicado para La Rotita, la fan número uno del ladrón y su principal promotora: MIL GRACIAS.
(ya no tes tite...)

:)

Etiquetas:

 



Estos 13 Amigos de lo ajeno me han aconsejado que:


A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 22 de mayo de 2008, 9:42, mientras hacía este comentario en mi blog:

Ay noooooooooooooooooo, Fontanaaaaaaaaaaaaa, pero que lindo regalitooooo, no, en serio, creo que nadie me había alegrado tanto la mañana como tu lo has hecho en éste momento... que chingon relato, me hizo mucho reir... que manera de enlazar las dos historias!!! jaja!!!

Y dice que es para mi... eso es lo más bonitooooooooo!

Me declaro nuevamente fan de éste carismático ladronzuelo!!! no hay nadie como tu, NADIE!

:)

Si veo al rabí por ahí le voy a preguntar si puedo convertirme en su sacerdotiza!!!

:)

Un besooooote! que lindura de ladrón!

Ahora yo coresponderé el detalle.. sólo dame tiempo..

 

A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 22 de mayo de 2008, 9:44, mientras hacía este comentario en mi blog:

*Corresponderé... con doble RR...

jeje...

ya no estoy triste...

:)
:)
:)
:)
:)

 

A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 22 de mayo de 2008, 16:58, mientras hacía este comentario en mi blog:

Ya está!!! ya está!!! ay dios mío, que emoción!!! estoy que no puedo con tanta emoción!!!! pásale a mi blooooooooooog!!!

Córreleeeeeeeeeeeeeee!!!

;)

becho!

 

A Blogger sirako le robé su cartera el día 23 de mayo de 2008, 18:07, mientras hacía este comentario en mi blog:

yeah, yo vengo del blog de la rota, me encanto puesn, en lrelato, pero esas no son forma, cómo burlarte de él!


si rabí es la onda yo le conozco hasta los juanetes.

 

A Blogger Jesucristo le robé su cartera el día 23 de mayo de 2008, 22:45, mientras hacía este comentario en mi blog:

Excelente como siempre, mi estimado Fontana. Es la primera vez en mi vida, que me siento identificado con un personaje y una historia...hasta que leí su blog, Lino...claro, también me identifique con Los Miserables de Víctor Hugo. Las personas buenas como yo, o usted, sin ir mas lejos, son las que mas sufren. Es jodido, no?

Pues lo que siento algo de mal es que usted se haya personificado como Judas, que era un chico medio raro en nuestro grupo, que solía peinarse igual que Elvis Presley...pero tenia la cara de Elvis Crespo. Pero yo se que usted tiene mucha mas pinta que ese Judas asqueroso.

También quería sacarme una duda, mi querida oveja del rebaño sagrado (Aguante las chivas!): quería saber si aprendió como viven los vagabundos, ya que como estoy cansado de trabajar colgado en la cruz, para los turistas de nuestra religión, que he decidido tirarme en la calle, y esperar algunos pesitos, ya que Walter también me hizo recordar a mi vida, porque estoy cansado de vivir con la bruja de Magdalena.

Bendiciones hermano Fontana, y gracias por pegar mi blog en su pagina, es un honor que usted sea parte de mi sect...digo, religión!

 

A Blogger El Aletz le robé su cartera el día 25 de mayo de 2008, 18:22, mientras hacía este comentario en mi blog:

Aleluya!!!!!!!
AAAAleluyaaaa!!!!
A
Don Fontana!! que bueno que trate uste' de rectificar el camino....(ajá....)
jejejeje

 

A Blogger Unknown le robé su cartera el día 25 de mayo de 2008, 20:41, mientras hacía este comentario en mi blog:

jajaja q risa y q buen post!

 

A Blogger Lilith le robé su cartera el día 26 de mayo de 2008, 4:50, mientras hacía este comentario en mi blog:

juar, juar muy bueno Sr. Fontana valio la pena la espera Pete, ese lino es la onda y karinita me recuerda mucho a mi hermana menor.

Quien iba apensar que la historia suele repetirse, un beso para lino de su admiradora ;)

 

A Blogger Samantha le robé su cartera el día 26 de mayo de 2008, 6:47, mientras hacía este comentario en mi blog:

Jejeje, muy bueno, muy, muy bueno este post, me he reido mucho, me encantó, había estado desconectadísima por cuestiones de chamba y hoy regreso con un gustazo enorme al ver tanta novedad, jejeje, y además es para mi Rotita, qué bonito¡¡¡¡ :D

Saludos afectuosos joven ladronzuelo y que se la pase chido¡¡¡

 

A Blogger LINO FONTANA le robé su cartera el día 26 de mayo de 2008, 19:30, mientras hacía este comentario en mi blog:

Yuhuuii!!!! Me da gusto tanta visita en mi casa!

Rotita:
Pues qué te puedo decir mi querida Rotita, si el ladrón tiene tanta vitalidad gracias a tí.

Agracezco mil veces tus simpáticos comentarios y tu fervor por este modesto ladronzuelo. Este blog entero te agradece que le hagas publidad a este delincuente.

Otra vez: GRACIAS ROTITA.
Un abrazo y un beso!

Sirako:
Bienvenido Sirako! Y pues ya ves, así soy de llevado con el Rabí, pero él siempre aguanta como los meros machos jajaja

Maestro Jesuschrist*
No me tome a mal mi posición casi de Judas, lo que pasa es que el espíritu santo me obligó a hacerlo. ¡Claro! como al Judas original, jejeje

Y espero le haya gustado esta publicidad que hice a nuestro templo sagrado, a ver si nos visitan mas fieles.

Aletzillo:
Aleluya, vaya con Dios mi querido Alezillo! y no hay de otra, a enmendar el camino.

Carmendelly:
Qué bueno que te haya gustado.

Lilith:
La historia siempre se repite jaja y creo que sí recuerdo a tu hermanita.

Pam:
Gracias por los elogios, me da gusto que pasen a verme y se diviertan, te mando un saludote.

Pasa buena semana.

 

A Anonymous Anónimo le robé su cartera el día 28 de mayo de 2008, 13:17, mientras hacía este comentario en mi blog:

jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaajajajajajajaajajajajajajajajajajajajaajaja

No tengo nada mas que agregar
D.

 

A Blogger Noemí Mejorada le robé su cartera el día 28 de mayo de 2008, 21:38, mientras hacía este comentario en mi blog:

Oye ladrón, ya descansaste mucho... andale, ponte en acción!!!

:)

 

A Blogger El Aletz le robé su cartera el día 31 de mayo de 2008, 12:10, mientras hacía este comentario en mi blog:

Tienes tarea en mi blog (sin albur)